La oposición no puede contra el PLD-Estado

El proceso de alianzas y elección de candidaturas para las elecciones generales de mayo ha dejado al descubierto el deterioro de los mecanismos y la institucionalidad democrática de los partidos predominantes, con un balance de tres muertos y varios heridos en un festival de arrebatos y de enorme inversión económica hasta por las regidurías.

La negativa de los partidos dominantes a actualizar la legislación electoral y las normativas para garantizar mecanismos democráticos ha generado un mercado donde las ambiciones y el poder del dinero han ridiculizado los organismos internos, por lo que se espera una lluvia de impugnaciones al cierre del registro de candidaturas el miércoles 16.

La tragedia del viernes. El asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo Mateo Aquino Febrillet, candidato a senador de San Cristóbal por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), ocurrida el viernes tras mediar en una confrontación entre dos aspirantes a diputados, es una trágica muestra del retroceso de los mecanismos democráticos y del pandillerismo político que se ha impuesto en los partidos.

Por las circunstancias que rodean el caso, por la personalidad de la víctima, un académico apacible que apenas subía la voz, y por el involucramiento del principal dirigente de la poderosa Federación Nacional de Transporte Dominicano (FENATRADO), el acontecimiento tiene gran relevancia y sacude el partidarismo político. Es significativo que involucra a dos aliados electorales del PRM que se disputaban, para seguidores suyos, una candidatura a regidor por el municipio de Cambita, según ha trascendido.

Aquino Febrillet es la tercera persona que muere en las luchas por las candidaturas, ya que a mediados de diciembre dos militantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fueron muertos en Santiago y Barahona por compañeros de partido durante una jornada de votación para candidatos a regidores y directores municipales, y de algunos para diputados y alcaldías.

Esa violencia retrotrae las luchas políticas a décadas, con el agravante de que ahora ocurre entre los propios compañeros de partido y aliados desaforados por la falta de mecanismos internos para arbitrar las ambiciones, por la debilidad de las normativas, la parcialidad de los órganos judiciales y electorales, así como por la impunidad que rige los delitos electorales.

Lloverán impugnaciones. Los partidos llegan al límite, el miércoles 16 para inscribir a más de 4 mil 100 candidatos para presidente y vicepresidente de la República, senadores y diputados, alcaldes y regidores municipales y directores de distritos municipales. Los mayoritarios con múltiples disensiones internas y los alternativos sin haber podido completar sus listas por falta de recursos y escasa militancia.

Las comisiones electorales del PRM y el PLD fueron sobrepasadas por las ambiciones desaforadas de los precandidatos, y tanto la exvicepresidenta Milagros Ortiz Bosch, como el exsecretario general del PLD Lidio Cadet, que las presidían, terminaron casi declarándose impotentes para resolver muchos conflictos. Las mercantiles negociaciones de alianzas agravó la situación, relegando los mecanismos democráticos de elección en el mejor de los casos a encuestas, lo que pone en jaque las estructuras orgánicas de los partidos. En múltiples casos las decisiones finales han ido a parar a las comisiones políticas y hasta a los mismos candidatos presidenciales.

En privado, el candidato presidencial del PRM Luis Abinader ha deplorado una situación que le causa agobio y le distrae la atención de su campaña por la presidencia de la República. Los conflictos por candidaturas se han concentrado en los mayores municipios, como el Distrito Nacional, Santo Domingo Este y Norte, Santiago, San Cristóbal y La Vega y en algunos casos han generado instancias judiciales. La comisión electoral del PLD habría recibido cientos de impugnaciones, muchas de las cuales no pudo dilucidar, remitiendo las decisiones al Comité Político. En ambos partidos se teme una lluvia de impugnaciones tras el registro de candidaturas. En el PRM puede ser peor, porque no cuenta con los recursos del poder estatal para dar “compensaciones a los perdedores”.

Degeneración desde 2010. El proceso degenerativo de la democracia interna en los partidos se inició en las anteriores elecciones congresuales y municipales, en el 2010, incentivado porque la reforma constitucional de ese año le extendió el período de cuatro a seis años. En los comicios del 2002 y 2006 casi todas las candidaturas legislativas y municipales fueron escogidas por elección primaria observadas por Participación Ciudadana.

Para el 2010, ya instaurados los “barrilitos y cofrecitos” que fortalecen el clientelismo político, fueron repostulados y reelectos casi todos, el 84 por ciento de los senadores (27 de los 32), el 74 por ciento de los diputados (131 de 178) y el 58 por ciento de los alcaldes (90 de 155. Trece partidos se aliaron al PLD y 7 con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Otros cuatro partidos llevaron candidaturas. En el PRD y el PLD hubo convenciones para elegir, pero una gran proporción fueron señalados de dedo por las cúpulas dirigenciales. En el tercer partido, el Reformista Social Cristiano, todos los candidatos fueron fruto de “acuerdos de aposento”.

La quiebra de la democracia interna de los partidos incrementó el transfuguismo, creó una casta de candidatos y multiplicó las impugnaciones. Al cierre de las inscripciones de candidaturas se produjeron decenas de recursos ante la entonces Cámara Contenciosa de la JCE, que no daba abasto. Conoció 24 recursos de amparo antes del cierre y más de 50 posteriormente. El PRD terminó postulando a 13 peledeístas y reformistas para diputados y a dos para senadores. El PLD postuló a 3 perredeístas, incluyendo a figuras relevantes como Rafael Calderón que ganaría por Azua, mientras el PRD se quedaba con la alcaldía de Santiago con el peledeísta Gilberto Serulle.

Ahora repostulación total. Para las próximas elecciones se impuso la repostulación total en casi todos los casos al margen de los procedimientos democráticos. Todo comenzó en mayo pasado con la perversión del Congreso Nacional, cuando más de la mitad de los legisladores del PLD y los bloques completos del PRD y el PRSC fueron “persuadidos” para votar una reforma constitucional que permitiera la repostulación del presidente Danilo Medina.

Entre otras compensaciones se acordó la “reelección total” de senadores y diputados y se produjo la insólita alianza que llevó al partido más votado en las presidenciales del 2012, el PRD, a la cola del de gobierno, sin que se haya precisado a cambio de qué, ya que no tienen ni un senador y el voto preferencial no permite garantizar curules de diputados a los aliados. Para colmo, en los grandes municipios controlados por el PRD, como Santo Domingo Norte y Santiago, no hay repostulación. En principio se incluyó al PRSC en un triple e histórico pacto, pero cuando no les dieron suficientes cargos, se aliaron al PRM y ahora van contra la reelección presidencial que facilitaron.

En el PLD miles de dirigentes y militantes que durante años invirtieron millones de pesos promoviéndose para senadores, diputados y alcaldes se vieron frustrados, lo que ha generado crisis en provincias y municipios, agravada por la exacerbación de la lucha entre los seguidores del presidente Medina y el expresidente Leonel Fernández, que debilita las estructuras partidarias. A muchos de ellos ha habido que compensarles devolviéndole lo invertido, en efectivo y a través de compras y contrataciones gubernamentales.