El pasado Día Internacional de la Mujer, sirvió una vez más para el consumismo. Se “festejó” felicitando a las mujeres y olvidando que es una fecha para conmemorar la lucha histórica de muchas mujeres por una sociedad que nos reconozca en igualdad de derechos.
La periodista peruana, Ana María Portugal hace unos años contaba que, la historia de este día está cruzada por situaciones y hechos que muestran un escenario complejo y rico en acontecimientos marcados por la Primera Guerra Mundial: la Revolución Rusa, la lucha por el sufragio femenino, las pugnas entre socialistas y sufragistas, y el creciente auge del sindicalismo femenino durante las primeras décadas del siglo XX en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.
El Día Internacional de la Mujer, surge para difundir la lucha por el sufragio femenino, para defender los derechos de las trabajadoras y manifestarse contra la guerra, propósitos que aún tenemos que vindicar, a cien años de conmemorarlo.
Nunca más vigentes que hoy estas demandas, cuando las mujeres votamos, pero nos cuesta ser elegidas por a la resistencia machista de los partidos; la violencia nos mata en una guerra permanente y motivo de preocupación en las agendas de los países y en niveles internacionales; y la participación laboral de las mujeres mantiene brechas escandalosas de género en todo el mundo.
Para las dominicanas el 8 de marzo fue preludiado, comenzando la semana, por el desacato, la politiquería, el irrespeto, la desconsideración y el atropello a la Magistrada Miriam Germán, y sirvió para sentirnos profundamente afrentadas en la persona de esta jueza de la Suprema Corte de Justicia, con 40 años de carrera impecable.
Lo peor fue la sensación, en esa jornada pública y oral pero no contradictoria, de ver el acuerdo politiquero realizado con antelación a la evaluación de la Magistrada Miriam Germán, mostrado primero, en la expresión corporal de los cinco jueces militantes del PLD que forman parte mayoritaria de la Comisión Nacional de la Magistratura y ni se inmutaron, incluido el presidente de la República y el que leyó la acusación anónima y la de un juez suspendido desde 1917, porque ya conocían el documento. Solo reaccionaron visiblemente con desagradable sorpresa el senador José Ignacio Paliza y la diputada Josefa Castillo, esta última, reclamando, ambos de la oposición.
Finalmente, otro gazapo, el del Ministerio de Educación, y sus fundas de telacon la inscripción de “Feliz Día de la Mujer” y una frase del escritor británico considerado un pensador misógino, Oscar Wilde, que denota a las mujeres, y con la identificación del MINERD.
¡Demasiado agravio!