En defensa de la naturaleza

En varios países latinoamericanos se reporta una delicada y riesgosa situación de las defensoras de derechos humanos. Si bien se evidencia un contexto de igual riesgo para los defensores, las mujeres experimentan en razón del género.

La Iniciativa Mesoamericana de Defensoras y redes nacionales de México, El Salvador, Honduras y Guatemala revelaron en un diagnóstico presentado en el 2013 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre los ataques a defensoras, que tan solo en el año 2012 se registraron 414 agresiones contra defensoras en la zona de Mesoamérica (Centroamérica y México) de los cuales 118 fueron perpetrados en México.

El diagnóstico señala que dentro de los tipos de agresiones registrados se encuentran: amenazas, advertencias y ultimátum (14.3%), intimidaciones u hostigamiento psicológico (10.1%) y uso excesivo de la fuerza (10.1%). Siendo víctimas, además, de asesinatos, amenazas a sus familiares, desarticulación y cierre de organizaciones, ataques a la libertad de expresión, entre otros.

Este escenario combinado en un contexto de militarización como estrategia de seguridad ciudadana y supuesta protección de los recursos naturales, revierten en limitaciones para quienes se levantan en la exigencia de sus derechos.

El asesinatode Berta Cáceres pone al relieve una vez más la situación de las defensoras de derechos humanos en América Latinay la efectividad de salvaguarda de las medidas cautelares otorgadas por la CIDH, las cuales habían sido dictadas a su favor por las amenazas que venía recibiendo desde varios años.

Por otro lado también, muestra el evidente incumplimiento de los Estado en no garantizar debida proteccióncuando los actores en el conflicto son estatales o terceros, que en este caso involucraba organismos multinacionales y gobiernos extranjeros.

Una mujer en defensa de soberanía nacional y territorios ancestrales indígenas, cumplía con el rol que debía ser asumido por el Estado. Su lucha junto a pueblos indígenas inspiró la protección que debía recibir la ciudadanía desde el Estado, extendiendo admiración y respetoen otros países.

El asesinato de Berta Cáceres no fuesolo a una hondureña, también a una ciudadana latinoamericana defensora del derecho a la tierra y del medio ambiente que enfrentó imposiciones y autoritarismo neoliberal; y que debe ser investigado y sancionadocon los reales responsables.