Elegía a Rafael Pérez Guillén

El 24 de abril se conmemoró el 51 aniversarios de la gesta heroica de Abril de 65 y rescato del olvido el poema inédito que le escribí y al ser humano que hubo en Rafael Pérez Guillén, de quien guardo el grato recuerdo –de cuando fui víctima de la Banda Colorá y di a parar, adolescente, a la Victoria, en 1971–, allí dormí en el espacio y en los mosaicos grises de la Celda 15 del Pasillo de la Muerte, en la Penitenciaría Nacional de la Victoria, donde le dieron muerte. ¡Loor a un mártir de la dictadura de Joaquín Balaguer. Lo mataron los sicarios del Gral. Enrique Pérez y Pérez a garrotazos en febrero, en 1970!

Rafael Pérez Guillén sólo alcanzó un octavo grado, pero como dijera de él, Iván Rodríguez que ´´para luchar a favor de la patria no se necesita ser intelectual´´. El coraje, la entrega y la constancia con que empuñó las armas para defender la patria ocupada por el yanqui invasor y los títeres latinoamericanos son el mejor ejemplo de su patriotismo.

Pérez Guillén fue ejecutado a los 42 años, luego de haber sido golpeado a palos y sacado del hospital de la Penitenciaría Nacional de La Victoria y arrastrado hacia la celda 15, de las solitarias del Pasillo de la Muerte. Fue uno de los más admirado de los soldados constitucionalistas de la Guerra de Abril. Aguerrido opositor contra el Triunvirato y el gobierno del 1966-70 de Balaguer. Su cadáver fue entregado a sus familiares el 8 de febrero de 1970.

Elegía a Rafael Pérez Guillén

Dormí en tu muerte mis sueños
porque dormí den los mosaicos grises
donde apagaron tu cuerpo
donde encendieron tu lucha eterna.

Tu cuerpo arrugado como el pantalón de obreros
que te acompañó en toda tu caminata
dormía pesadamente maduro
dejando escapar el olor de tu pólvora abrileña
saludando a los camaradas caídos
repartiendo amor y odio a los compañeros
que estuvimos presentes en tu marcha.

¡Cuánto amor perdieron las calles
cuántos sueños aún vivos están enclavados
en las odiosas paredes de la Victoria.

Tu boina
la llevan las palomas
atada a tu sonrisa
y tu pregunta:
“¿Tú qué eres,
tiempo corto
o tiempo largo?”

Te has convertido en tiempo largo
porque te prolongas en la inmensidad de la esperanza
y de la espera
y en la llovizna de sudor
que brota de la brega diaria del obrero
en el grito subvertido de los niños
de los barrios
que te empujaron alegremente a la trinchera
donde la muerte detuvo su vuelo
dando paso a la ceremoniosa marcha
empapado de tiempo
de niños
de presos
de flores empapadas de muerte.

San Rafael de Yuma 73, Sto. Dgo. 75 – Noviembre—junio