Superada Iowa, en la contienda electoral por la presidencia de EE.UU. ahora es el turno de New Hampshire, donde se celebrará las primarias dentro de una semana. Luego vienen las de Nevada y Carolina del Sur, seguidas por las primarias del Super martes del 1 de marzo, cuando se eligen muchos delegados.
Aunque Bernie Sanders pudo empatar con Clinton en Iowa y lidera las encuestas de New Hampshire, enfrentará un desafío más duro a medida que la contienda electoral se traslade a los estados del sur. Y Clinton ya tiene una gran ventaja fuera de los cubículos de votación: el apoyo de varios cientos de “superdelegados” que votan sobre la base de sus propias preferencias, no teniendo en cuenta los resultados obtenidos por su partido en cada estado.
Analizamos los resultados de Iowa y lo que sigue, con dos invitados: Ellen Chesler, partidaria de Hillary Clinton desde hace mucho y miembro del Instituto Roosevelt, y John Nichols, escritor de temas políticos para la revista The Nation, que apoyó a Bernie Sanders y además es autor de varios libros, entre ellos «The ‘S’ Word: A Short History of an American Tradition…Socialism» (La palabra que empieza con S: breve historia de una tradición estadounidense… el socialismo) recientemente actualizado.
TRANSCRIPCIÓN
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
AMY GOODMAN: Con Iowa fuera del camino, la contienda presidencial se traslada ahora a New Hampshire, que celebra sus primarias en una semana. Después de New Hampshire vienen las contiendas en Nevada y Carolina del Sur, seguidas por las primarias del Súper Martes el 1° de marzo, cuando se eligen muchos de los delegados. A pesar de la participación de sólo unos pocos cientos de miles de votantes y siendo uno de los estados con mayor población blanca en el país, el quinto con mayor población blanca para ser exactos… Iowa juega un papel enorme siendo la primera contienda de una larga campaña que ahora comienza, dos años antes de la toma de posesión del eventual ganador. A pesar de que Bernie Sanders fue capaz de empatar con Clinton en Iowa y le lleva la delantera en las encuestas de New Hampshire, se enfrentará a un reto más complicado cuando la contienda se traslade a los estados del Sur. Clinton ya tiene una gran ventaja independientemente de los resultados de las votaciones: el apoyo de varios cientos de superdelegados que votan en función de sus propias preferencias, no por los resultados del partido en su estado.
Para hablar más sobre los resultados de Iowa y sobre lo que viene a partir de ahora, nos acompañan dos invitados. Aquí en Nueva York, está con nosotros Ellen Chesler, partidaria de larga trayectoria de Hillary Clinton e investigadora principal en el Instituto Roosevelt. Y desde Des Moines, Iowa, nos acompaña John Nichols, redactor de política para The Nation, revista que ha respaldado a Bernie Sanders. Una versión actualizada de su libro «The ‘S’ Word: A Short History of an American Tradition…Socialism» (La palabra que empieza con «S»: breve historia de una tradición estadounidense… el socialismo), acaba de ser publicada. Sus otros libros incluyen «Dollarocracy: How the Money and Media Election Complex Is Destroying America». (Cómo el complejo electoral del dinero y los medios de comunicación están destruyendo Estados Unidos).
Les damos la bienvenida a ambos a Democracy Now! John, usted está en Iowa ahora mismo. Describa lo que ocurrió en ambos partidos.
JOHN NICHOLS: Bueno, no sé si tenemos un par de horas, pero pasaron muchas cosas. Realmente fue una noche extraordinaria. Y para empezar, lo más importante es el desbarajuste de la carrera electoral republicana. Es fascinante lo que pasó allí. El lunes por la mañana prácticamente todo el mundo hablaba de la probabilidad de una victoria de Donald Trump. Ahora nos encontramos no solamente con que Donald Trump no ganó, sino que además estuvo a punto de caer hasta el tercer lugar. La victoria de Cruz es algo importante. Se le ha establecido como el líder conservador más puro, a falta de un mejor término, el tipo que va a convencer a la derecha y que probablemente logrará el apoyo no sólo de Mike Huckabee y Rick Santorum, sino que en última instancia, dependiendo de cómo avance esta carrera, de Ben Carson.
Pero lo interesante de lo que pasó en el bando republicano es que no se deshicieron de todos los candidatos de nivel medio. Si los resultados se mantienen, aunque todavía hay que terminar el recuento, pero si los resultados se mantienen, Ted Cruz ganará delegados; Donald Trump ganará delegados; Marco Rubio, quien terminó mucho mejor de lo esperado, ganará delegados; Ben Carson ganará delegados; y Rand Paul y Jeb Bush van a ganar al menos un delegado cada uno. Así que el terreno de juego está destrozado. Creo que muchos de ellos van a pelear por New Hampshire. Creo que esta sucia contienda —en Iowa vimos anuncios muy caros y negativos hasta el último momento— continuará en New Hampshire, y tal vez seguirá así hasta mucho más adelante.
En el lado demócrata, teníamos algo que era muy diferente: para empezar, un terreno de juego más pequeño, además de una contienda bastante clara entre Hillary Clinton y Bernie Sanders, con Martin O’Malley llevando a cabo un noble esfuerzo, recorriendo el estado, trabajando duro, pero sin lograr captar la atención del público.
Ahora O’Malley se ha retirado. Pero a medida que no acercábamos a ese resultado final, sólo puedo decirte que anoche yo estaba en recintos de votación, y fue algo extraordinario de ver. Habían atascos de tráfico, filas de espera saliendo de esos recintos, y gente de de toda clase presentándose para votar. Ahora bien, yo estaba en Des Moines, la ciudad más diversa de Iowa, o al menos una de las más diversas, y allí vi una verdadera mezcla de tipos diferentes de personas. Fui a un recinto electoral en un barrio afroamericano, y vi a inmigrantes, residentes de toda la vida, así como a estudiantes de universidades cercanas. Habían largas colas, pero la gente lo llevaba bien. Vi a gente de Hillary Clinton ayudando a gente de Bernie Sanders a llenar sus formularios de inscripción. Y entonces, los caucus en sí fueron muy prolongados y funcionales. El resultado, sin embargo, fue loco. Y anoche estuve en la sede de los candidatos. Era una cosa fascinante de ver, porque este tipo de cosas no suceden muy a menudo en la política. Mientras avanzaba la noche, había un claro favorito… y Hillary Clinton era claramente la favorita al inicio de la noche. Ella tenía una ventaja de cuatro o cinco puntos. Parecía que el resultado iba a ser el que les encuestas predecían. Pero a medida que avanzaba la noche empezaron a acercarse, hasta que terminó con este resultado tan ajustado, que podría decantarse por una ligera diferencia a favor de Hillary Clinton, pero creo que el titular de The Des Moines Register: «Dead Heat» (Empate); es bastante acertado. Lo importante de eso, y este será lo último sobre lo que hablaré, al menos sobre los caucus en sí mismos… es que los caucus son complejos. Puedes votar y volver a votar. Si el resultado es incierto, puedes reorganizar a quienes hay en ellos. Y en algunas de estas asambleas, que estaban literalmente repletas de gente, especialmente de nuevos votantes, una gran cantidad de estudiantes, muchas personas de bajos ingresos, gente de clase trabajadora, un número sorprendente al menos en algunos de estos lugares, inmigrantes que participaban por primera vez, jóvenes de 17 y 18 años de edad de escuelas secundarias que participan porque van a estar en edad de votar en noviembre y por lo tanto, bajo las reglas de Iowa, se les permite ser parte de estas votaciones. Toda esta gente se tomó el tiempo para hacer que todo esto funcionara. Y se obtuvo este resultado tan ajustado.
Una de las razones por las Sanders cerró el margen al final, y se fue acercando más y más a lo largo de la noche, es que en los recintos que tuvieron esta increíblemente impulsada participación de nuevos votantes el recuento tomó más tiempo, ya que a menudo había que llenar una gran cantidad de formularios, había que revisar muchos detalles. Pero al final, la noche terminó con una situación en la que creo, sinceramente, que tanto Hillary Clinton como Bernie Sanders podría reclamar una victoria… al menos una especie de victoria. Y es importante tener en cuenta que Hillary Clinton es la primera mujer en ganar el caucus de Iowa. Esto es un gran avance para un estado en el que nunca hemos visto mujeres elegidas para cargos altos hasta ahora. Y también es importante tener en cuenta que en el bando republicano pudimos ver a hijos de inmigrantes –Ted Cruz y Marco Rubio– terminando en primer y tercer lugar, casi noqueando a un multimillonario, en el segundo lugar. Así que, fueron unos resultados muy interesantes en todos los ámbitos.
AMY GOODMAN: Entonces hay una gran cantidad de números interesantes. Creo que en el lado republicano hubo 182.000 asambleístas, rompiendo el récord de 122.000 en 2012. Según mis cálculos, eso es un 50 % más de personas que salieron y votaron por los republicanos. Y esos votos se cuentan de forma individual. Los vimos contando sus papeletas.
JOHN NICHOLS: Sí.
AMY GOODMAN: En el lado demócrata las cosas son diferentes. No cuentan las papeletas. Ellos se reúnen y eligen delegados. Ahora bien, cuando habla de estos resultados extremadamente estrechos, de un empate virtual, ¿puede explicar a que se refiere? ¿En seis de estas asambleas el resultado se decidió tirando una moneda al aire? *Y en cada uno de esas asambleas…
JOHN NICHOLS: Sí.
AMY GOODMAN: …¿ganó Hillary Clinton? Estuvo de suerte ayer por la noche.
JOHN NICHOLS: Bueno, para ser justos, en las asambleas que he visto, y he estado asistiendo a este tipo de caucus desde hace un cuarto de siglo, lo que pasa es que dejas que los partidarios de un candidato reclamen la victoria. Y en estas asambleas, en algunos lugares la gente de Clinton reclamó la victoria, y en otros lugares la gente de Sanders reclamó la victoria. Y entonces, si lo consiguen, lo consiguen. El problema de hacerlo de otra manera, Amy, es que ellos no hacen eso de inmediato. Cuando llegas a tirar una moneda al aire es porque has permitido que las campañas hagan sus discursos, hablen el uno con el otro. Esto no es como votar. No es como un proceso secreto en el sentido clásico. Los candidatos, o los partidarios, caminan por el lugar. Si usted es un partidario de Hillary Clinton, puede acercarse a un partidario de Bernie Sanders y decirle: «Oye, ¿en serio no quieres venir y unirte a nosotros? Te conozco», porque son todos vecinos. Todos van a los partidarios de O’Malley y tratan de conseguir que se crucen a su bando. A continuación, cuentan a la gente que tienen. Y puede que la gente de Clinton tenga 41, y que la gente de Sanders tenga 41. Entonces ellos dicen: «¿Alguien quiere cambiar de bando?». Permiten un mayor debate. Es por eso que algunos de estos caucus tomaron un par de horas. Y al final, si no pueden conseguir que la gente rompa con sus compromisos, tiran la moneda.
Es un sistema imperfecto, pero, francamente, en general la gente se va habiendo aceptado el resultado. Lo último que voy a decir al respecto, Amy, es que en estas asambleas la gente se conoce entre sí. Son amigos y vecinos. Y curiosamente, en general, son personas que trabajan juntos en las campañas cuando llega el otoño. Si lo ves desde el exterior, mucha gente podría esperar una gran cantidad de amargura, y a veces puede haberla, pero cuando has estado sobre el terreno en estas asambleas, y sin duda anoche, vi a la gente discutiendo sobre cuestiones muy apasionadamente, argumentando la elegibilidad de sus candidatos muy apasionadamente, pero, en general, aceptando los resultados.
AMY GOODMAN: Quiero introducir a Ellen Chesler en esta conversación. Ellen, usted ha sido seguidora de Hillary Clinton desde hace mucho tiempo, y acaba de organizar una fiesta para ella. Usted ha organizado fiestas para ella en su casa, apoyándola, recaudando fondos.
ELLEN CHESLER: Hace años, no en este ciclo electoral, pero…
AMY GOODMAN: Hable sobre este resultado tan ajustado. La campaña de Clinton la ha declarado vencedora, pero es evidente que se trata de un empate técnico. ¿Qué significa esto?
ELLEN CHESLER: Creo que significa que Hillary Clinton en realidad lo hizo bastante bien en Iowa, en un estado y en un proceso que recompensa la insurgencia. Teníamos una situación en la que entró como la favorita, como la, entre comillas, «candidata de la clase dominante»… aunque recordemos que Bernie Sanders ha estado en posiciones de gobierno durante 25 años, al igual que ella, y de algún modo esto le convierte a él también en parte del la clase dominante, como él lo define. Pero él era claramente el desconocido. Nunca ha aprobado un proyecto de ley, no tiene ese tipo de historial. Ella es la figura internacional de renombre y la que ha sido atacada durante 25 años. Recordemos que se trata de una mujer que ha sido el objetivo de la maquinaria de ataque de la derecha y, en cierta medida, de la izquierda, durante un cuarto de siglo. Y ella logró resistir. Y logró resistir, —y quiero hacer énfasis en gran parte de lo que John dijo— en una situación donde la verdadera división… y esto es lo que es fascinante para mí; Tengo la edad de Hillary Clinton, así que tengo algo de experiencia… en este caso la verdadera división es una división generacional. El obtuvo un buen resultado porque atrajo a una gran cantidad de nuevos votantes.
El Times reportó 171.000 asambleístas en el lado demócrata. Ellos no votaron, por lo que no se sabe si ese número es cierto. Él atrajo un montón de gente nueva, menores de 25 años. Y eso es algo muy bueno para nuestra democracia, y como alguien que está en el final de mi carrera política y que comenzó cuando yo tenía esa misma edad en la década de 1960, realmente veo el valor de lo que ha hecho, y sé que la campaña de Clinton también lo ve. Y de los menores de 25, nueve de cada diez votaron a Bernie, y, del mismo modo, entre las personas de mi edad, de 45 a 65 años, por cada una que voto por Sanders, ocho votaron por Clinton. Y esa división fue aún mayor que la división por género o la división por clases o cualquier otra división. Y creo que eso es algo muy interesante y para la campaña de Clinton la moraleja es que ahora tiene que seguir adelante y tratar de ganarse a algunos de esos partidarios menores de 25 años. Y creo que el tono positivo de la campaña realmente tiene que ver con eso. Todo se basa en no confrontar a nadie. Después de todo, aquí estamos eligiendo entre dos candidatos progresistas. Uno puede ser más progresista, más claramente definido entre los que tienen y los que no, entre Wall Street y la Main Street (calle mayor), según la definición de él. Pero si realmente miras la plataforma de ella, como el mismo periódico The Nation dijo en su artículo de portada firmado por Michelle Goldberg, en el cual me citaron un par de meses atrás, esta es la plataforma más progresiva que un demócrata ha impulsado desde Lyndon Johnson.
AMY GOODMAN: De hecho, Hillary Clinton, cuando habló anoche, se llamó a sí misma una progresiva. John Nichols, ¿cree que Bernie Sanders ha tenido un efecto importante en la plataforma de Hillary Clinton?
JOHN NICHOLS: De eso no hay duda. Y es por eso que existen las primarias. Realmente comparto varios de los puntos de vista de Ellen. Creo que… en lo único en lo que me gustaría hacer mucho énfasis es que hubo una división generacional. Y está claro que estos jóvenes venían a votar por Bernie Sanders. Me gustaría advertirles a muchos de los expertos nacionales que esos jóvenes no necesariamente vinieron a votar en contra de Hillary Clinton. Sanders logro establecer una extraordinaria conexión con la gente en Iowa, y esa conexión se basa en un gran trabajo de campaña. Él visitó algo así como 150 lugares en todo el estado. Y hay algo que es muy interesante en esa conexión, y es algo que no hemos empezado a cubrir de la mejor manera a nivel nacional. Tienes que acercarte bastante a las bases para escuchar esto. Pero lo que descubrí cuando hablé con estos jóvenes que venían a votar, y en general con mucha de la gente que estaba respaldando a Sanders, es que lo estaban apoyando no sólo debido a lo que ha sucedido en el pasado. No era sólo debido a la recesión económica o a lo ocurrido en los últimos años, todas las preocupaciones económicas que ya conocemos. También había una gran preocupación por el futuro. Y, de nuevo, esto era mayor entre mucha de la gente joven. Y era una preocupación respecto a que en la era de la automatización, en una época de transformación radical de nuestros lugares de trabajo y nuestra vida laboral, iba a ser muy difícil tener un futuro que fuera tan definido, o incluso tan próspero, como el de sus padres o abuelos. Así que, lo que escuché por parte de una gran cantidad de gente era que querían a alguien en la presidencia, o en una posición de poder —alguien que por lo menos tenga una posición de liderazgo en una nuestra política— que pensara en ellos, alguien que se asegurara de que las decisiones que se tomaran en esos momentos tuvieran en cuenta a los nuevos inmigrantes, a las personas que están trabajando por 10 dólares la hora, a las madres solteras, a un montón de gente que se ha visto muy afectada por nuestro sistema económico. Y he escuchado a Sanders tratar esos temas desde el principio, conectando de verdad con muchos de esas preocupaciones. Pero también he escuchado a Hillary Clinton haciendo suyos muchos de estos mensajes. Y hay que recordar que ella ha trabajado en algunos de estos temas durante décadas, pero también empezando ahora a escuchar y conectar con muchos de estos asuntos. Creo que la contienda electoral de Iowa ha tenido un impacto real sobre Hillary Clinton. Creo que sus últimos discursos en Iowa fueron muy populistas, muy centrados en lo económico. Y mi opinión es que lo ha hecho bien, no sólo por su pasado, sino también porque ha estado escuchando y conectando con la gente. Y a medida que la carrera por la nominación continúa, me encantaría que uno de estos debate demócratas adicionales… y va a haber más debates demócratas adicionales… me encantaría que uno de ellos tratara únicamente sobre el futuro, no sobre el pasado, porque, te aseguro que, en Iowa, es por eso por lo que una gran cantidad de votantes, en especial los jóvenes, estaban votando.
AMY GOODMAN: ¿Ellen Chesler?
ELLEN CHESLER: Bueno, de nuevo John y yo estamos de acuerdo en muchas cosas. Además de la división generacional, si nos fijamos en los análisis que se han realizado esta mañana, aquellos que estaban más enfocados en las cuestiones prácticas, que son realizados por expertos en asuntos políticos, son los de partidarios de Clinton. Y los jóvenes, que son idealistas y quieren definir el futuro desde un punto de vista más soñador, se inclinan más hacia Sanders. Y creo que lo que va a pasar a partir de ahora es que va a haber una indagación mucho más profunda sobre cómo piensa Sanders cumplir sus promesas para el futuro. Y eso va a ser una ventaja para Hillary, porque ella es la que en realidad ha estado haciendo que funcionen las cosas.
AMY GOODMAN: Bueno, eso es claramente lo que ella está diciendo. Ella dice: «Bueno, puede que todo eso se vea bien sobre el papel, pero ¿cómo va a lograrlo?» Pero, John Nichols, esta pregunta sobre si ella es una progresista, habiendo votado a favor de la guerra en Irak, habiendo estado en la junta de Wal-Mart durante años, y más recientemente atacando a Bernie Sanders diciendo que él iba a acabar con el Obamacare, cuando Bernie Sanders está diciendo que quiere crear un sistema de pagador único. Ayer por la noche ella empezó a hablar de la asistencia sanitaria universal, así que creo que él está teniendo un efecto sobre ella en ese tema.
JOHN NICHOLS: Mm-hmm, mm-hmm.
ELLEN CHESLER: Sí.
AMY GOODMAN: Pero hable de esa etiqueta de «progresista». ¿Qué significa exactamente?
JOHN NICHOLS: Bien. ¿Cuántas horas tenemos? Porque la etiqueta de «progresista» ha sido entendida de un montón de maneras. Soy del área rural de Wisconsin, y crecí entendiendo el progresismo como algo que estaba a la izquierda de lo liberal. Era un punto de vista que hacía hincapié la justicia económica, que tendía a ser muy pacifista o escéptico de las guerras. Ese es el progresismo de Robert M. La Follette. Y francamente, creo que esa es una posición en la que Bernie Sanders se puede colocar a sí mismo, por lo menos históricamente, además de tener una visión de la política similar a la de Franklin Delano Roosevelt y su New Deal (Nuevo Trato).
ELLEN CHELSER: Pero, John, repito, ¿de dónde van a salir los recursos?
JOHN NICHOLS: Y entonces… sí. ¿Qué? Bueno, esa es una vieja cuestión. Usted sabe, no voy a empezar a sugerirle que yo sé exactamente hacia donde irá esta campaña, pero yo tendría cuidado en sugerir que Bernie Sanders necesariamente se presente a sí mismo como un soñador. Creo que Ellen tiene razón. En estas próximas semanas, Bernie Sanders va a tener que explicar los detalles. Él va a hablar sobre cuestiones presupuestarias, y va a hablar de su agenda y de sus ideas. Pero el núcleo de lo que está hablando —y hablamos de esto en la editorial de The Nation, o los editores lo hicieron— es este concepto de que realmente nuestra política tiene que cambiar mucho. No se trata sólo de cambiar nuestro gobierno. Se trata de tener una política muy diferente, que atraiga a mucha gente nueva. Creo que ese ha sido argumento principal de Sanders. Creo que Hillary Clinton también está reconociendo eso. Entonces, mi impresión es que esta campaña ya ha cambiado muchas cosas. Creo que está en un lugar muy diferente del que estaba cuando comenzó. Y mi opinión es que en los debates, que serán debates de uno contra uno, porque hemos perdido a Martin O’Malley —lo cual es una lástima, porque contribuía de un modo muy inteligente—, pero creo que en los próximos debates ellos van a profundizar en los temas económicos, y se concentrarán en gran medida en la política exterior, pero a medida vayan pasando, no creo que esto vaya a ser una asunto de idealismo iluso frente a fuertes impuestos y experiencia veterana. Creo que vamos a ver a dos personas que tienen algunos puntos de vista diferentes. Y espero que los moderadores de estos debates, y la gente que analiza y los cubre, anime a los candidatos a explorar esas diferencias no con amargura o ira, sino a través de un debate profundo acerca de dónde debe de ir el Partido Demócrata en las próximas décadas.
AMY GOODMAN: Vamos a hacer una pausa por un minuto.
JOHN NICHOLS: Y esa es una pregunta abierta. Sí.
AMY GOODMAN: Y vamos a integrar a Lee Fang en esta conversación. Estamos hablando con John Nichols, redactor sobre temas políticos de The Nation, revista que ha respaldado a Bernie Sanders. También está con nosotros Ellen Chesler, partidaria de larga trayectoria de Hillary Clinton, investigadora principal en el Instituto Roosevelt. Quédense con nosotros.
Traducido por Linda Artola. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.