El odio
Defendiéndose de la bellaquería del actual Procurador General de la República, Miriam German, recordó la inapelable sentencia: “el rencor es un huésped ingrato, que se come al que lo alberga”. Igualmente, diría yo, igualmente, el odio es un huéspedes malsano que corroe el alma de quien lo alberga.