Acerca de Eugenio María de Hostos y Bonilla

Por Michelle Gotay*

El tiempo, para el trabajo es aire;
para el ocio, plomo.

El tiempo es vida, y consumir el tiempo
en no hacer lo que se debe,
es consumir inútilmente la existencia.

El 11 de enero de 1839 nace en Mayagüez uno de los puertorriqueños más reconocidos internacionalmente en el siglo XIX. Su cuna fue de raíces caribeñas tanto cubana como dominicana. El joven Eugenio María de Hostos y Bonilla es enviado a estudiar a España por sus progenitores Hilaria María Bonilla y Cintrón y Eugenio de Hostos y Rodríguez de Velasco. Bilbao acoge la primera estadía del joven Hostos para realizar su bachillerato en 1852. Posteriormente, regresa a Puerto Rico donde estudia en el Seminario Conciliar de San Juan en el 1855, luego pasará a la metrópoli madrileña donde se formaría en Derecho, Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid durante el 1858. Sus estudios universitarios fueron una empresa inconclusa para ese joven inconforme con la educación colonial. Se educará a sí mismo y enseñará a pensar a América.

Incursionará en el periodismo motivado por los atropellos de España contra Puerto Rico y las Antillas, y sostendrá el ideal de independencia a pesar de que su padre funge como escribano y secretario de la Reina Isabel II, por decreto real desde el día 24 de noviembre de 1848. Como parte de la Sociedad Abolicionista de la Esclavitud, Hostos abogará por su erradicación y se adentrará en los círculos intelectuales liberales y reformistas de la época, que se reunían en el Ateneo de Madrid.

Con la Revolución de 1868 o la Gloriosa, Hostos gana el destronamiento de la Reina Isabel II, pero fracasaron las ideas liberacionistas para Cuba y Puerto Rico por las que había luchado y persuadido en Madrid. Encontrándose con promesas políticas incumplidas partirá decepcionado de España. Mientras tanto en Puerto Rico y Cuba acontecían las Revoluciones, el Grito de Lares (23 de septiembre) y el Grito de Yara (10 de octubre) respectivamente. La fuerte política represiva se redoblará.

De Hostos son reconocidas dos críticas sociales realizadas en la ciudad madrileña. Aquella que denunciaba la represión militar y civil hacia las y los estudiantes durante la Noche de San Daniel, el 10 de abril de 1865 y el discurso contra el régimen de la metrópoli colonial española, pronunciado en el Ateneo de Madrid, el 20 de diciembre de 1868. Hostos regresará a España proveniente de Francia para embarcarse a Nueva York con el propósito de encaminar la liberación de Cuba y Puerto Rico. Pero frustrado se trasladará a Suramérica a partir de 1870 con la promesa de reunir voluntades para la causa antillana.

En Venezuela contrae matrimonio con la adolescente cubana Belinda Otilia de Ayala Quintana, hija de Guadalupe Quintana y el Dr. Filipo Carlos de Ayala, el día 9 de julio de 1877. La poetisa de Mis Cantares, Lola Rodríguez de Tío, estando desterrada en el hermano país, participa como madrina de boda. Sin embargo, República Dominicana será eventualmente la residencia de Hostos hasta su muerte, el 11 de agosto de 1903. Después de la ocupación estadounidense a Puerto Rico, se embarcará a Washington junto a Julio J. Henna y Manuel Zeno Gandía para abordar desde el Derecho Internacional al presidente republicano William McKinley. Hostos desde entonces será nombrado “Hombre Altivo del Trópico”.

Hostos y Bonilla fue un pensador sistemático interdisciplinario y praxiológico. Dominó el saber cultural enciclopédico como los humanistas modernos. En su peregrinaje escriturario recorre por el periodismo, la historia, la pedagogía, la sociología, la geografía, la astronomía, el derecho, la psicología, la filosofía, la política, el arte, la música, la gramática, la literatura y la crítica literaria.

Durante su estadía en Madrid acontecen dos sucesos importantes en su vida, da a conocer las primeras novelas puertorriqueñas: La Peregrinación de Bayoán y La Tela de Araña, y fallece su madre sin conocer al joven Hostos literato. La primera novela fue publicada en 1863 y la segunda novela fue escrita como pretexto para competir en el concurso patrocinado por la Real Academia Española al año siguiente. España vivía una época de represión y decomisación de libros con temática anticolonial y antiabolicionista desde la Constitución de 1845, y aunque luego la represión de imprenta prescribe con el artículo 97, por decreto real en 1852, continuará la política restrictiva. Cuando Hostos entrega su manuscrito, la Real Academia Española estaba ocupada por quien fuera el ex-gobernador de Puerto Rico, Juan de la Pezuela. Por lo cual, el altivo y libre antillano tendrá que esperar a su estadía en Chile y República Dominicana para alcanzar proyección internacional.

En Chile continúa su labor literaria y social más reconocida y admirada. Allí realiza una nueva edición a La Peregrinación de Bayoán (1873) y compone el famoso e innovador ensayo para la época sobre la importancia de que la mujer sea educada, titulado La Educación Científica de la Mujer, que originalmente fueron tres discursos leídos en la Academia de las Bellas Letras en Santiago de Chile (1873). Desde el año anterior, Hostos expone su gran calidad interpretativa con el ensayo crítico de la pieza dramática inglesa Hamlet, de William Shakespeare, publicado en partes en la prensa El Ferrocaril. La crítica literaria a Romeo y Julieta, del mismo autor, la realizará en República Dominicana en 1867. También escribió Ensayo sobre la Historia de la Lengua Española (1894). Su segunda y última novela La Tela de Araña, sin embargo, no verá la luz hasta finales de siglo XX, cuando se publica en Puerto Rico. El desempeño literario de Hostos y Bonilla perduró hasta cinco días antes de fallecer según su Diario. Esa disciplina diaria la inició desde 1859, e incluye escritos en francés.

Su aporte a la literatura y crítica puertorriqueña se encuentra diseminada no solo en sus dos novelas publicadas sino en sus Diarios, Páginas Íntimas, Epistolario, Crítica Literaria y la inédita Novela de la vida, entre otros. La teoría estética hostosiana está dispersa en gran parte de su obra mencionada y en Tratado de Moral.

Eugenio María de Hostos y Bonilla no solo escribió y luchó por la Confederación Antillana, también fue un forjador de instituciones culturales, pedagógicas y políticas, y fue a su vez miembro distinguido de diversas instituciones durante su viaje al Sur. De sus muchas fundaciones emprendidas, direcciones encaminadas y membresías obtenidas, mencionaré solo algunas, estas son: la fundación de la Sociedad Amantes del Saber en Perú (1871), fundó la sociedad La Educadora. Vocal de la sociedad patriótica La Liga de la Paz en Santiago de los Caballeros, República Dominicana (1876). Dirigió el Ateneo de Santiago en Chile (1890) y ostentó tener la membresía honoraria dominicana de la Sociedad de Estudios (1888) y las chilenas tanto de la Academia Literaria Diego Barros Arana (1892) como de la Academia Literaria La Ilustración (1897). Fundó a su vez la Liga de Patriotas Puertorriqueños instaurada en Nueva York (1898), cuya fundación es la más conocida del prócer puertorriqueño.

*La autora es estudiante doctoral de Literatura Puertorriqueña en la Facultad de Humanidades Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras.

FUENTE ORIGINAL: CLARIDAD