La paridad de género en el gobierno es una estrategia para consolidar en términos culturales la igualdad de género en todos los estamentos gubernamentales, políticos, sociales y económicos.
Fundamentada en principios básicos democráticos de representación del cincuenta porciento de la humanidad, y algunas veces más; y en el disfrute de derechos políticos, sustenta que la visión de gobernar masculinizada con una visión de socialización de género en base a sólo una parte dominante de la humanidad, no responde a valores democráticos ni de justicia.
Percibir a los seres humanos y humanas como tal, no ha sido un logro aún en toda la historia de la humanidad a pesar de las reglas sociales y jurídicas creadas para lograr este fin. La socialización femenina comporta experiencias, visiones, saberes, percepciones, tránsitos…que son asignados a roles específicos especialmente en el ámbito privado. La gobernanza y gobernabilidad democrática para constituirse como tal deben equilibrar en sus propósitos y ejecuciones en términos de paridad ambas perspectivas.
Para lograr resultado tangible debe contar una representación lo suficientemente cualificada, entendiendo, promoviendo y comprometiéndose con que tanto hombres como mujeres, en todo su ciclo de vida, disfruten de derechos humanos y tengan acceso a oportunidades de desarrollo con sentido de equidad de género y justicia.
La Constitución dominicana en su artículo 39 establece el principio de igualdad de disfrute de derechos entre mujeres y hombres, y la obligación estatal de promover la participación “equilibrada” de mujeres y hombres en las instancias de toma de decisión del Estado.
Que el Presidente de la República no haya tenido palabras para referirse a las políticas con enfoque de género, o para expresar qué hará y cómo para superar la condición de subordinación que viven las mujeres manifestado, entre otras tantas por la alta tasa de mortalidad materna, feminicidos, violencia, embarazos en adolescentes, pobreza; y para superar los imaginarios sociales que perpetúan y refuerzan tal condición, deja un vacío de objetivo político, coronado con la designación de tan solo cuatro ministras.
No se trata simplemente de cuadrar una suma entre ambos sexos. Un gobierno paritario compromete a mujeres y hombres a trabajar juntos por la erradicación de la pobreza, el disfrute de vidas dignas y de calidad para toda la población, independientemente del sexo, edad, procedencia o cualquier otra característica o condición.