Bernie Sanders y Yanis Varoufakis encabezan la propuesta que busca plantar cara a la creciente ola neoconservadora que cierra espacios democráticos, fomenta la intolerancia y el odio y encubre la explotación y la destrucción de los recursos para favorecer una voraz acumulación e hiperconcentración de la riqueza.
Sanders hace parte de un importante sector político e intelectual que, a escala mundial, ha identificado el momento actual como el surgimiento de una “Internacional Nacionalista”; expresión marcada por la aparición de expresiones políticas de corte neoconservador, que se sustentan en ideales comunes y tienen como base programática la intolerancia, el sexismo y la homofobia y persiguen ferozmente a cualquier expresión que se les oponga.
Estas expresiones ultras, que han logrado un surgimiento importante en términos electorales con victorias como las de Trump o Bolsonaro, tienen como fin último la protección de los intereses de los sectores más acaudalados y poderosos del planeta, que desde la sombra apoyan y financian partidos y grupos nacionalistas y de ultraderecha a lo largo y ancho del orbe.
Ejemplo de lo anterior son las empresas religiosas, principalmente cristianas y evangélicas en América Latina, o la familia Mercer, principal inversora de Cambridge Analytica, empresa de tecnologías de la información acusada de recopilar información de usuarios de redes sociales para generar matrices informativas y manipular el comportamiento electoral y cuya participación ha sido sólidamente documentada en las campañas de Trump y Mauricio Macri.
La intención es claramente la defensa del modelo de acumulación a expensas de la expoliación de los recursos existentes en la periferia y la explotación de la gran masa trabajadora; todo esto en un esquema de tipo gubernamental en el que la administración estatal como intermediara se elimina y es reemplazada por gobiernos empresariales que generan escenarios con las mayores ventajas directas para sus propios intereses.
El siguiente paso a este tipo de propuestas era la generación de espacios de convergencia entre los dueños del capital global que tienen grandes apuestas en la política; a partir de ahí viene la presentación de una plataforma política e ideológica común a defender, en cuyo marco cualquier expresión de alternatividad sea perseguida, declarada como peligrosa y silenciada; un claro ejemplo de esto es la recién realizada Cumbre Conservadora de las Américas, que a inicios de diciembre reunió, en Foz de Iguazú, las expresiones más atrasadas de la política latinoamericana, desde el uribismo paramilitar colombiano hasta las expresiones clérico militares de Brasil.
Ante este escenario, la respuesta desde la alternativa también pasa por juntar esfuerzos, por lo que el senador y exprecandidato a la presidencia de Estados Unidos (EEUU) Bernie Sanders, junto con el exministro de finanzas griego Yanis Varoufakis, han lanzado la Internacional Progresista.
Sanders se ha convertido, desde su aparición en la escena global, en el primer candidato progresista visible en la historia de EEUU, un referente contrahegemónico; sus posturas críticas acerca del modelo económico del que su país es el principal representante, desde el saqueo y la guerra como herramientas de apropiación económica, han llamado la atención de quienes consideran que este es un momento crucial para una propuesta que dé un viraje a la matriz de explotación indiscriminada de los recursos y, por ejemplo, se apunte a modelos energéticos limpios y no destructivos.
Varoufakis es uno de los principales referentes de la Coalición de Izquierda (Syriza) en Grecia y cocreador del movimiento europeo DIEM 25; su perfil es principalmente el de un economista que propone alternativas de construcción y crecimiento que no tengan como eje central la acumulación, que es la razón principal de las crisis cíclicas que arrojan a la miseria a millones de personas, mientras una pequeña minoría se queda prácticamente con toda la riqueza disponible.
Juntos, Sanders y Varoufakis lideran hoy la propuesta de construir un movimiento internacional de fuerzas progresistas al que también han acudido personalidades como Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, España, y fuerte referente mundial de la consolidación de una propuesta de alternatividad desde el concepto de ciudades para la gente; también han asistido el economista Jeffrey Sachs, el miembro de Canadian House of Commons Niki Ashton, y el economista y periodista David McWilliams.
Este espacio que fortalece la escena alternativa global ha tenido expresiones importantes, como el recientemente realizado Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico, en Buenos Aires, que también desarrolló con claridad la idea de la contradicción centro-periferia, en la que el centro se mantiene por las alianzas e intereses comunes de los más poderosos.
Desde esta perspectiva, la Internacional Progresista resalta que para superar el actual modelo creciente de autoritarismo, no se puede regresar al modelo de statu quo presente en las últimas décadas, pues ha sido este el principal responsable de permitir el surgimiento de expresiones político electorales como las que, por ejemplo, esconden los billones de dólares que ganan en paraísos fiscales para evitar el pago de impuestos, pero que desde los gobiernos imponen fuertes cargas tributarias a la ciudadanía.
Otro de los puntos claves de la propuesta Sanders-Varoufakis es la necesidad de poner fin a la carrera armamentista que no sólo amenaza la existencia de la raza humana sobre la tierra, sino que absorbe miles de billones de dólares por año, mientras la pobreza alcanza niveles alarmantes en muchas partes del mundo.
Sanders, en su declaración, dice: “Debemos examinar honestamente cómo ese orden ha fracasado en cumplir muchas de sus promesas y cómo los autoritarios han explotado hábilmente esos fracasos para construir más apoyo para sus intereses. Debemos aprovechar la oportunidad para reconceptualizar un orden realmente progresista basado en la solidaridad, un orden que reconozca que cada persona del planeta es parte de la humanidad, que todos queremos que nuestros hijos crezcan sanos, que tengan educación, un trabajo decente, que beban agua limpia, respiren aire limpio y vivan en paz”.
A su vez, Voroufakis plantea: “Nuestra generación será recordada por la marcha triunfal de una Internacional Nacionalista que emergió de las cloacas del capitalismo financiero. Luchemos para que sea, además, recordada por haber dado luz a una movilización que desafió a esta amenaza: depende de la voluntad de los progresistas en EEUU, en la Unión Europea, en Reino Unido y en países como México, India y Sudáfrica, forjar una Internacional Progresista”.
La propuesta de la Internacional Progresista, busca generar un acuerdo global que cumpla las veces de los acuerdos Bretton Woods desde una perspectiva progresista, haciendo referencia a los acuerdos que en plena Segunda Guerra Mundial generaron la base, principalmente económica, que rigió las relaciones globales durante los siguientes 30 años, consolidando el dólar como moneda global y que después de su finalización mantuvieron mucha de su influencia, pues fueron el origen de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y dejó sentadas las bases para la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El acto de lanzamiento de la Internacional Progresista fue el primer fin de semana de diciembre en la ciudad de Vermont, EEUU, y contó con personalidades del mundo académico y político e incluso estrellas de Hollywood como John Cusack, Susan Sarandon y Cynthia Nixon, que discutieron acerca de los posibles caminos para fortalecerse como expresión mundial alternativa.