En el sistema judicial los conflictos que implican poca cantidad de dinero, vinculados especialmente a los bienes, es conocida con el nombre de bagatela o casos de poca monta.
La designación refiere a la inversión en recursos, especialmente tiempo que dedicaría un personal o autoridad judicial para resolverlo en comparación con otros donde está en juego la libertad de una persona, o envueltas altas sumas de dinero. Tal es el caso, por ejemplo, de los “robos menores”, o las disputas por enceres del hogar, la propiedad de viviendas de muy bajo costo, muchas veces por la indefinición del estatus jurídico del espacio sobre el cual construirla.
Los procesos legales serían más costosos que el mismo valor de los bienes, incluyendo sobre todo pago a profesionales del derecho, sin tomar en cuenta las presiones emocionales y tensiones que generadas por las diferencias, muchas veces entre familias, parejas o exparejas.
Los parámetros se miden desde las valoraciones y niveles de vida de quien no está en tal situación: ¿Porqué no se va de esa casa, busca otro lugar, deja eso así?
Nada más evidente que la incapacidad del sistema judicial para dar respuestas justas a la desigualdad social, generadora a su vez de una multiplicidad de conflictos que no encuentran en los órganos de protección legal salida a la convivencia social, pacífica y de respeto. Además, cómo el Estado se erige francamente en juez élite sin responder a su rol garante de derechos.
Algunas iniciativas han sido tomadas, precisamente procurando democratizar el acceso a la justicia en sectores de escasos recursos como forma de promover la convivencia pacífica en estas comunidades, a través de los cuales se ofrecen servicios de presentación de denuncias, acuerdos amigables con respectivos mecanismos de seguimiento, pero con posibilidad de impunidad ante el incumplimiento. Estrategias de doble vía, por un lado disminuyen presiones de violencia en el entorno, y por el otro mantienen al margen del sistema de justicia lo creado y sustentado por la injusticia social y estatal.
Las desigualdades invisibilizan conflictos generados por su trasfondo de injusticia, que permanecen justificados y aceptados haciendo nombre a la grandeza de la ley sin cuestionar la funcionalidad y capacidad de respuesta, alejada de cualquier objetivo de justicia.
“Dura lex, sed lex”, expresión latina enseñada en la academia de derecho, “Dura es la ley pero es la ley”, con el escondido mensaje de no cuestionar la injusticia ni tratar de cambiarla en pro de mayor equilibrio e igualdad social.
La “bagatela”es el término despectivo en la administración de justicia para encubrir la impunidad de la desigualdad y perpetuarla en la constante invisibilidad sin ofrecer alternativas de justicia a las causas subyacentes.