Mirando la foto publicada en la portada de un periódico, sobre la reunión del presidente con la cúpula de la Iglesia Católica dominicana, entendí más la misoginia de nuestra iglesia. En la foto, está Danilo Medina y un par de funcionarios, reunidos con más de 20 masculinos, obispos y “oficiales”, que conforman esa cúpula.
Como feminista y católica, sentí necesidad personal de reflexionar, como un buen número de mujeres en la iglesia rechazadas dentro del esquema patriarcal que tiene. Y para hacerlo, dos teólogos que, junto a otros y otras, son de mi cabecera, Leonardo Boff y Juan José Tamayo, proporcionaron respuestas que comparto.
Boff, en su artículo “La conveniencia del sacerdocio para las mujeres” , cita que “el bien del hombre y de la mujer, son interdependientes y ambos quedarían lesionados si, en una comunidad, uno de ellos no puede contribuir en la medida de sus posibilidades. La iglesia misma quedaría herida en su cuerpo orgánico si no diese cabida a la mujer dentro de sus instituciones eclesiales”. Viendo la realidad y esa foto, por cierto, tenemos una iglesia herida.
Para Juan José Tamayo , la imagen de Dios con atributos masculinos da lugar al patriarcado religioso, ‘Extremo duro’, que, a su vez, legitima el patriarcado político, cuyos planteamientos en materia de sexualidad, modelos de familias, identidades sexuales, teoría de género, opciones políticas, derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, acceso de éstas al sacerdocio, etc., siguen siendo homófobos, represivos y patriarcales”.
Tamayo, agrega, “las representaciones de Dios son en su mayoría patriarcales, hemos construido imágenes, independientemente de que se crea o no, que presentan a Dios con símbolos y atributos masculinos y legitiman el patriarcado político y social”, afirmando que, “hay que liberarse del patriarcado religioso que fundamenta el patriarcado en todos los órdenes”, y cita a la filósofa feminista norteamericana Mary Daly, cuando decía que: “Si Dios es varón, el varón es Dios”, concluyendo que “el reconocimiento de un dios de género masculino justifica y legitima el patriarcado en la sociedad como sistema de dominación”.
La Teología de la Liberación, dice el P. Tamayo, “cuestiona el modelo de dominación patriarcal en la sociedad y en la religión, denuncia la discriminación de las mujeres […] es muy consciente de que el capitalismo, el colonialismo, el patriarcado y el desarrollo científico técnico explotador de la naturaleza de la modernidad son modelos de dominación que se refuerzan y retroalimentan y tienen que ser combatidos simultánea y conjuntamente”, y es lo que también creo.