El Presidente Danilo Medina ha observado en dos ocasiones el Código Penal solicitando la incorporación de la despenalización del aborto por tres causales, jugadas políticas que le han valido apoyo de diversos sectores y para nada afectado la reelección en un segundo periodo.
Después de haber observado en 2014 el Código Penal instando al Congreso Nacional incorporar la despenalización del aborto cuando corre peligro la vida de la mujer, por violación sexual o incesto o por malformación incompatible con la vida, en 2016 el Presidente ganó las elecciones presidenciales con un 61%, el más alto porcentaje logrado por el PLD, superando a Leonel Fernández y a Juan Bosch.
En diciembre del 2016 volvió a observarlo recibiendo un amplio apoyo de organizaciones de la sociedad civil dominicana, internacional, gremios, academia, ministros(as) de gobierno, expertos constitucionalistas, de los sectores judicial y de salud, de la propia iglesia católica, entre otros.
Estas jugadas políticas con altos beneficios son señales de gobernabilidad democrática que muchos integrantes del partido de gobierno y la oposición no están captando, atentos aún a los cucos de los fundamentalismos deslegitimados en la vaguedad de sus exigencias y amenazas.
El reto asumido por el presidente confirma una vez más que las iglesias no determinan ni ejercen influencia en las preferencias ni votos del electorado. Si él logró más del 60% de votos a nivel nacional, un senador(a) o diputado(a) con compromiso en la defensa de derechos humanos de las mujerestambién obtendría ganancias políticas al votar a favor de las tres causales.
No milito ni simpatizo por el partido de gobierno, pero valorar el impulso de la sociedad civil, en este caso del movimiento feminista con múltiples alianzas, no ciega reconocer que la decisión ha sido una vez más certera y responsable, dejando así abierta la vía para por fin a la despenalización por causales después de más de quince años de luchas en la agenda congresual.
Estas decisiones políticas retadoras merecen ser captadas por el Congreso Nacional en su diversidad partidaria reconociendo que el acomodamiento a la zona de confort fortalece los miedos yel estancamiento, anquilosando procesos de aspiraciones exigidas y anheladas por la gran mayoría.