El Presidente de la República,en su calidad de jefe de gobierno, debe rendir cuentas al país cada 27 de febrero, según lo establece la Constitución. Las memorias a depositar ante el Congreso Nacional deben versar sobre las ejecutorias de los ministerios y su administración del año anterior.
La Carta Magna bien precisa lapso de tiempo a informar, sin embargo, se ha vuelto una constante incluir información fuera del periodo y de comparar con otros hasta de más de veinte años.
La reciente alocución fue la última del actual periodo (2012-2016) en la que se presentó lo que se calificaría de avances de la gestión.
A pesar que desde hace más de dos décadas se vienen implementando políticas públicas para la igualdad de género en el Estado, en casi dos horas de discurso, no hubo espacio para rendir cuentas sobre los niveles de ejecución de las mismas. Con disposiciones constitucionales que obligan al Estado a implementar medidas para eliminar las desigualdades, tampoco se refirió de manera específica a quienes ocupan el 51% del padrón electoral, las mujeres.
Con un índice de feminidad de la pobreza de 134, que en comparación con la región latinoamericana es de 117.4 (CEPAL 2013), y un promedio de 200 feminicidios por año;entre las inversiones multimillonarias y diversidad de datossobre las personas beneficiarias de las políticas o programas, el impacto en las mujeres quedóinvisibilizado.
El compromiso con la igualdad de género da cuentas de la inversión presupuestaria, de los niveles de ejecución de las políticas impactando en transformaciones en las relaciones de género. En informe de cuatro años de gobierno, reitero, en casi dos horas, no hubo espacio para informar qué se ha hecho en los diferentes ministerios y alcanzado para la prevención y disminución de la violencia, los feminicidios,y en general el empoderamiento de las mujeres.
Con la utilización de las mujeres como objetos sexuales en la actividad de lanzamiento de candidatura, práctica extendida a otros candidatos de gobierno, son más que evidentes las contradicciones entre el empeño que muestran muchas personas en el gobierno y el que se realiza a nivel partidista y alto nivel de toma de decisiones.
El compromiso con la igualdad de género se muestra en las inversiones presupuestarias, en las políticas públicas, en las campañas y discursos electorales, en las acciones partidistas, como coherencia personal y política.