Por Luis Córdova
El periplo del proyecto para convertir en municipio a decenas de comunidades apartadas y olvidadas de Santiago fue largo y torpedeado por adversarios de prácticamente todos los estratos sociales. Al final el logro trajo un sabor agridulce: la meta de convertir en municipio a Cienfuegos no se logró, pero sí en Distrito Municipal.
Sin dudas un paso considerable de avance y un hecho que debe reivindicar la tenacidad del Comité Santiago Oeste Municipio, del cual surgió una cantidad apreciable de aspirantes para las elecciones municipales recién pasadas, entre ellos dos de sus principales figuras: el mentor de la iniciativa Hipólito Martínez y el profesor José Jáquez.
El interés generado fue amplio. Desde las iglesias, comerciantes, emprendedores, organizaciones de la sociedad y colectivos de juntas de vecinos, se animaron a una iniciativa que, en el mejor de los casos, significa tener un representante político que sea capaz de asumir con gerencia un sector que históricamente se ha ido forjando a sí mismo en medio de crisis económica, marginalidad social, estigmas y la inaccesibilidad a los servicios básicos en gran parte de su población.
Su origen marcaba esperanza. Las primeras familias fueron ubicadas allí con el pretexto de que sería por algún tiempo. Un incendio de gran dimensión hizo que los moradores del Callejón de El Ejido, salieran de uno de los barrios con mayor acceso al centro histórico, el sábado 2 de agosto de 1975. Fueron a parar a tierras muy lejanas de lo que era Santiago, de su centro y hasta de los barrios y ensanches que se expandían en una metrópolis en plena ebullición.
De renovadas ilusiones se alimentaron quienes proclamaban la idea de la autonomía como municipio, de alguna manera sentían que estaba implícito: Cienfuegos se levantó a sí mismo. La espalda por respuesta a años de demandas para servicios tan básicos como la recogida de basura o la construcción de parques, iglesias, no estuvo en la prioridad quienes dirigieron la ciudad. Obviamente que algunas obras saltan a la luz, pero no alcanza a resarcir el aporte y contribución de estas comunidades.
Quienes lo promovieron lograron que en gran medida la comunidad se integrara. Esto se pudo palpar en la alta participación en las primarias de los partidos políticos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Moderno (PRM), únicos partidos que finalmente lograron representacion en los vocales: dos para el PLD y tres para PRM quien logró la plaza con su candidato Eddy Báez. En un momento participaron en la contienda unos doce (12) candidatos a Director y aproximadamente sesenta (60) a vocales. Pero, ¿Comprendieron los políticos y la ciudadanía los límites y alcances de un Distrito Municipal?
El Artículo 77 de la ley 176-07 establece que “mediante ley podrán crearse distritos municipales en los municipios para la administración desconcentrada de áreas del territorio perfectamente diferenciadas y que comparten derechos o condiciones socioeconómicas similares. Esto bajo la coordinación superior del municipio a que pertenece”.
Más adelante, en el Artículo 79, se fijan las Atribuciones y Funciones de los distritos municipales, enumerando sus competencias:
a) Constitución, conservación y reparación de calles, aceras, contenes, caminos vecinales, puentes, fuentes y otras infraestructuras de interés comunitario existentes en su territorio; b) Cementerios y servicios funerarios; c) Conmemoración de las efemérides patrias y otras fechas importantes; d) Llevar registros de marcas, señales y estampas de animales; e) Registro urbanos sobre solares y predios rústicos; f) La conservación, mejora y ampliación del alumbrado público; g) La recogida de desechos sólidos municipales y su disposición final; h) La vigilancia y protección de caminos, campos, fuentes, ríos y demás recursos naturales; i) La limpieza de calles y el ornato público; j) La administración y conservación de su patrimonio y los recursos naturales; k) La ejecución de obras y la prestación de servicios comprendidos en la competencia municipal y de exclusivo interés del distrito municipal.
Los Órganos de Gobierno y Administración del Distrito Municipal Santiago Oeste estará a cargo de un director y de la junta de distrito municipal integrada por 5 vocales.
A días de oficialmente instaurarse las autoridades de la primera administración del Distrito Municipal Santiago Oeste, nos preguntamos: ¿desde dónde dirigirán los destinos de esta comunidad?
La nueva demarcación no aparece ni el Presupuesto General de la Nación, ni tiene partidas contempladas en el Presupuesto del Municipio de Santiago. Nos referimos a este último porque en el antiguo marco legislativo era el Ayuntamiento del municipio quien proporcionaba la instalación de los distritos municipales de su territorio, cosa que en la estructura administrativa no ha dejado de ser, ya que los distritos carecen de autonomía y se encuentran jurídicamente vinculados y subordinados a al municipio, según su misma definición “bajo la coordinación superior del municipio a que pertenece”.
Pero al preguntarnos desde dónde no solo nos referimos a las oficinas provisionales del Director y su Junta de Vocales, sino al presupuesto mínimo para operar y empezar hacerle frente a las exigencias que le son competencia.
La Ley 65-18, eleva a distrito municipal Santiago Oeste la sección El Ingenio Abajo, modificando en su artículo 10 el artículo 21 párrafo I de la ley 5220, del 21 de septiembre de 1959, sobre División Territorial de la República Dominicana.
La misma pieza establece que entraría al presupuesto para el año 2020, cosa que no sucedió. El camino para las autoridades electas está pendiente ante los ministerios correspondientes, pudiendo auxiliarse de la misma Liga Municipal Dominicana.
Un caso interesante es que este Distrito surge con una dinámica social importante que le precede. El Comité Santiago Oeste Municipio, el cual integra una cantidad apreciable de voces diversas, pudiera encaminar acciones para viabilizar la puesta en funcionamiento.
Quien dirija debe hacerlo de consenso. Se pueda asir de las armas probadas en el fuego de las batallas contra la inercia del Estado como el Comité. Lo que inició como una idea de unos pocos para beneficiar a los muchos, no debe primar lo político, más ahora que el país y Santiago viven momentos delicados por el estado de emergencia.
Ante la controversia de su creación, el nuevo distrito está obligado hacer las cosas bien. La mirada crítica, incluso de quienes aplaudieron su establecimiento, estará vigilante.