Las mujeres construyen la identidad femenina con mucho apego al miedo como característica de la personalidad femenina, el bombardeo de mensajes se recibe desde la niñez, las crisis en la adultez desde una mirada feminista puede ayudar a confrontarlo.
La Bella Durmiente, Blanca Nieves, Cenicienta y Rapunzel recibieron ataques de manzanas envenenadas, amenaza de muerte, subordinación y encierro por parte de mujeres controladoras obsesionadas con la belleza, la juventud o la disputa por un príncipe para obtener así el trono. A Caperucita roja le advertían la amenaza peligrosa del lobo feroz andando en el bosque.
Todas las historias impregnadas de miedo, indefensión con feliz término por la intervención de un hombre, en algunos de manera fortuita. El príncipe sale a buscar a Cenicienta con la zapatilla, el cuerpo yacente de la Bella Durmiente encontrado por un príncipe; Rapunzel, Blanca Nieve y Cenicienta también tuvieron finales increíbles con encuentros reales, y Caperucita se salvó por el cazador o leñador, en todo caso acompañado de una arma o herramienta.
Compartiendo con una niña de cuatro años, le conté mi propia historia de Caperucita en la que ella confrontaba al lobo con preguntas sobre su intención, gesticulando con bravura y seguridad, al advertir su real objetivolo amenaza con golpearlo con el palo que llevaba. Vaya fue la sorpresa de la niña, se echó a reír a carcajadas, inventó rápidamente la dramatización del momento final durando largo rato de juego. En los días siguientes al encontrarla y preguntarle lo que había hecho Caperucita con el lobo, volvía a dramatizar la escena con gestos y poses de confrontación ante la advertencia de amenaza descrita en el cuento.
Los momentos de separación de pareja, abandono o maltrato suelen ser los cruciales para iniciar el cuestionamiento de la construcción de la feminidad, ya en la adultez. Las mujeres no son formadas para vivir libres de violencias contra ellas mismas, de otras mujeres o por los hombres. Aprender a advertir la irrupción de la privacidad, la autonomía física o económica, la independencia emocional está en muy pocas agendas y objetivos de los círculos familiares. Etapas y espacios vitales para evitar el diseño de una víctima o formar una transgresora.
No se trata de construir un modelo único de mujer libre, autónoma, transgresora o independiente, las mujeres somos diversas y diferentes, pero sí entender que estas son las cualidades importantes para erradicar la violencia contra la mujer.