Acechando por las rendijas del tiempo alcanzo a ver el refajo de la cultura. Luce estropeado por todo ese discurso que durante décadas lo bifurcó entre cultura nacional y cultura popular. Por eso cada semana tomo la cámara, giro suavemente el diafragma del lente, hurgo en los vericuetos del visor hasta encontrar el punto exacto de enfoque. Pongo cuidado en no exponer por las sombras, pero también cuido en no sobreponer las altas luces. Cuando el contraste entre luces y sombras luce balanceado, entonces aprieto el obturador. Click!
El pasado diciembre esta columna cumplió un año de publicación continua. Al día de hoy van cincuenta y nueve artículos, que abordan diversos tópicos de la cultura y sus métodos de gestión. Especial interés han tenido los análisis político-electorales, tratando de descifrar las ideas y la práctica política real de los partidos, colocando siempre el énfasis en el ámbito local.
Dilucidar la cultura política local ha resaltado un punto divergente entre algunos de mis amigos y lectores. Ellos reclaman que no respondo al objetivo central de la columna, pues debo continuar haciendo pequeños relatos sobre personajes populares de Santiago y el país. Estas reclamaciones, expresadas en privado, son las que me animan a explicar el objetivo fundamental de esta iniciativa en Acento.com, un periódico digital de amplias miras, seriedad y tolerancia.
Desde el inicio, Cultura y Municipio se propuso hacer un enfoque holístico de la cultura, en sinergia permanente con las vivencias de la ciudad y sus medios de producción. Intenta romper con el reduccionismo tradicional, ese que ve la cultura en función del arte, del arte culto. Reduccionismo que olvida el universo de indicadores que tipifican los procesos sociopolíticos y económicos, aquellos que dan pauta a la cultura de un pueblo.
En esa tesitura, la columna plantea enfocar la cultura siguiendo el hilo lógico del desarrollo local. Un desafío permanente ha sido, es y será poner de relieve las debilidades y fortalezas en los temas de educación, salud, migración, organización social y política, expresados, como ya se dijo, en lo local.
Sigue pendiente el reto de establecer la correlación entre el desarrollo de estos temas con los medios de producción y el ejercicio de gobierno.
¿Cómo se expresan estos temas en el discurso, muchas veces silencioso, de personajes locales? Perdonen esta pequeña vanidad: Cultura y Municipio ve los personajes populares como entes de expresión de la realidad política y social del entorno. Punto.
Más que un resultado, la aspiración es resaltar en lo cotidiano las alternativas que aporten a la solución de problemas nodales que, por viejos y que parecen estar clavados en la psiquis del pueblo dominicano, parecen eternos y naturales.
Un anhelo de Cultura y Municipio es aportar una mirada objetiva y crítica del presente. Con todo, es necesario el viaje retrospectivo, para ver e interpretar las acciones (los discursos de esas acciones) y los perdidos secretos del ayer para ser capaz de entender el por qué de tantas madejas por desenmarañar y por qué de tantos errores sin enmendar.
También se empeña en producir o promocionar ideas e iniciativas que contribuyan al desarrollo de la gestión cultural coherente con los intereses de la nación, donde el valor de lo humano esté por encima de todo.
En fin, Cultura y Municipio percibe que no hay cultura sin arte, ni mucho menos sin medios de producción. El desarrollo local, cierto, lo gestionan los gobiernos locales. Pero igualmente cierto es que la cultura, elemento nodal del desarrollo, deberá ser tomada seriamente en cuenta por las autoridades locales. Click!