En el contexto del acuerdo del PRM con el PRSC y de la negación del PLD para hacer alianza, se presenta a continuación el análisis que puede ayudar a comprender el nivel de aporte o desempeño electoral del partido balaguerista, en las próximas elecciones de mayo 2016.
Hay una discusión recurrente cada cuatro años. ¿Cuál partido sacó más votos? ¿Cuál aliado político aportó más votos? ¿A cuál o cuáles aliados se debe la victoria? ¿Por qué el que perdió y encabezó la alianza sacó más votos que el que ganó y encabezaba otra alianza?
El resultado de las elecciones nacionales del 2012 para elegir presidente colocaba al PRD como la principal fuerza en votación con un 42.13% y en segunda posición al Partido de la Liberación Dominicana con 37.73%. En el último boletín de la Junta Central Electoral se registra que el Partido Reformista Social Cristiano alcanzó la cifra de 5.87% de los votos, quedando en tercer lugar, pero muy alejado del PRD y el PLD.
Una parte de la cúpula reformista, que en el 2012 respondía a Carlos Morales Troncoso, fallecido, celebró el “crecimiento del PRSC”. Sin embargo, hay que anotar que no se debe confundir resultado electoral con simpatía partidaria. Según la encuesta LAPOP del 2010 en República Dominicana únicamente el 54.5% de la población se identifica o tiene simpatía por algún partido político, es decir que no existe un solo partido con registro que supere el 50% de la población votante.
A la luz de lo anterior, se puede observar que en las elecciones podrían existir muchos electores que votan por un partido diferente con el cual se identifican. El candidato que encabeza la alianza es el que ejerce mayor influencia en la intención del voto. El piloto que maneja el tren es el candidato a la presidencia, y en ese tren van montado los partidos aliados.
Un aliado de vagón se identifica como aquel partido o movimiento político que no tiene garantizada la fidelidad partidaria; su desempeño electoral no necesariamente tiene un 100% de relación directa con la simpatía; tampoco la dirección partidaria tiene control de una parte de los votantes que van montados en su vagón, porque son arrastrados por otras opciones políticas que le garantizan beneficios de diferentes naturaleza. La parte más pequeña es la que responde o guarda fidelidad, el resto se agarra a seguir el camino trazado por el que va a ganar. Un parte de la masa que va adherida al vagón supuestamente es socialcristiana, pero no son tal cosa; otra parte se ata a los socialdemócratas, que tampoco lo son; y otra parte es supuestamente de izquierda o socialista, pero desconoce los principios y postulados del marxismo. No hay fundamento ideológico para montarse o desmontarse del vagón.
La cultura del “vagonismo” reformista la concibió el PLD desde la firma del pacto del Frente Patriótico en el año 1996, y la aplicó Leonel Fernández en el ejercicio del poder en el primer período de gobierno 1996-2000. A partir de las elecciones del año 2004, ya muerto Balaguer, hubo una profundización de la captura de reformistas. Gran parte del crecimiento orgánico y electoral del PLD ha estado marcado por la presencia de reformismo. La estrategia de Leonel para la erosión, el deslave y la lixiviación reformista concebida después del Frente Patriótica convirtió al PRSC en un partido de vagón. Y seguirá siendo de vagón, porque carece de fundamentos estratégicos, de liderazgo y capacidad propositiva para representar los intereses del conservadurismo de derecha. Su ciclo histórico se cerró, y el PRM, ahora con el pacto, le pone oxigeno en la sala de cuidado intensivo.
Cuando se revisan los datos para las elecciones congresuales y municipales se observa que el PRSC lleva la de perder cuando acude solo. En el torneo electoral del 2006 se produjo la denominada Alianza Rosada encabezada por el PRD. En este caso obtuvo 4 senadores, 22 diputados y 28 alcaldes. Sin embargo, para las elecciones de medio término del año 2010 se lanzaron bajo un esquema de alianza parcial con el PLD. Fueron aliados en unos territorios y en otros no. Cuando se analizan los datos del desempeño, cuando acuden solo, se concluye que dicho desempeño fue más pobre que cuando se produjo la Alianza Rosada; el desempeño fue de 1 senador, 3 diputados y 4 alcaldes o síndicos.
Tampoco, en el contexto de las elecciones presidenciales la situación del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) no escapa a la calificación de “partido de vagón”. En las últimas elecciones del 2012 y apoyando a Danilo Medina, el PRSC tuvo un crecimiento muy bajo, alcanzó 5.87%. Únicamente aumentó en 1.28% comparado con los resultados del 2008, cuando la candidatura de Amable Aristy Castro registró el 4.59% de votos y un declive de 2.78 en relación al 2004, cuando la candidatura de Eduardo Estrella logró capturar el 8.65% de los votos válidos. Mirando estos resultados se puede concluir que los reformistas no tenían que celebrar fiesta, como lo hicieron en el 2012. Y si estaban de fiesta es porque celebraban la continuidad en el gobierno.
Al pobre desempeño electoral del partido de Balaguer se le agrega la pérdida de fidelidad de aquellos reformistas que en el pasado formaron parte de la avanzada de Leonel Fernández, y posteriormente de Danilo. Después de la muerte del caudillo reformista el declive ha sido sostenido. El PRSC ha tenido más alivio cuando ha ido aliado con PLD, y antes con el PRD, cuando tenía fuerza electoral, aunque se registra una tendencia mayor cuando lo ha hecho con el PLD. Esto así, porque el reformismo se acomodó más en el poder con Leonel Fernández, que es quien ha tenido prácticas políticas más similares al legado político de modalidad plutárquico, centralista, paternalismo y presidencialista, dejada por el balaguerismo.
La práctica política de vagón del reformismo le deja un balance negativo en partida doble: bajó incremento en el mercado electoral y pérdida de fidelidad al símbolo del gallo colorao.
Por su parte, los denominados partidos “minoritarios”, aliados al PLD y al PRD, tampoco escapan a la concepción de partidos de vagón. La mayoría de los aliados del PLD disminuyeron su caudal de votos en las pasadas elecciones del 20 de mayo 2012, aún estando atados. Esta disminución tiene una correspondencia con la caída leve del porcentaje alcanzado por parte del PLD y aliados. El relación a las presidenciales del 2008 la situación encontrada se manifiesta en que el BIS bajó de 2.72% a 1.59%, la FNP de Vincho Castillo tuvo una caída que se expresa en un desplome de 1.07 hasta 0.73%. Cuando el PTD acudió solo en las elecciones del año 2000 obtuvo el 0.19%, pero cuando en el 2008 se colocó en el vagón arrastrado por el PLD alcanzó el 0.68%, y en el 2012 se redujo hasta alcanzar el 0.78% de los votos válidos.
La Alianza por la Democracia es uno de los partidos con más tradición de alianza tuvo con el PLD. Una parte de sus dirigentes fueron miembro PLD. Tuvieron alianzas sostenidas con los peledeistas desde las elecciones presidenciales del año 1996, 2000, 2004 y 2008. Además en todas las elecciones congresuales y municipales que ocurrieron desde el año 1998 hasta el 2010. Cuando fueron aliados al PLD en las elecciones del 2004 y 2008 obtuvieron el 2.34% y 1.96% de votos respectivamente. En las elecciones presidenciales del 2012 acudieron solo, llevando a Max Puig como candidato y obtuvieron una estrepitosa caída en su resultado electoral. Llegaron hasta el 0.11% de los votos válidos.
Recientemente, el tren del PRM añadió un vagón, el PRSC. ¿Merece el vagón del PRSC que el PRM le haya facilitado una cuota tan alta de candidaturas congresuales y municipales (12 senadurías, 50 diputaciones, 50 alcaldías, tres diputaciones al Parlamento Centroamericano-PARLACEN y una diputación nacional, así como 85 distritos municipales y las vice alcaldías donde el PRM postule alcaldes), ante un descrecimiento electoral sostenido? ¿Merece la cuota negociada con un vagón dividido en dos partes: los que firmaron el acuerdo y los balagueristas tarifados en el Gobierno?. La negociación del PRM con el PRSC, conduce a concluir que el PRM lo que ha hecho es cambiar de nombre, y en la práctica política continúa comportándose como si fuera el PRD, y busca reeditar la Alianza Rosada, aunque ahora con un vagón con menos pasajeros, el PRSC.