La orden departamental para el diseño de la política tiene su base legal en la Constitución de la República y en los acuerdos internacionales de derechos humanos. Marcos base para el diseño de medidas que aumenten la calidad de vida y reduzcan las desigualdades, dentro de estas las de género. Con este fin fueron acordados los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS-2030) y en la Estrategia Nacional de Desarrollo (END-2030).
Otro marco en el que se sustenta la medida es el Pacto Nacional para la Reforma Educativa (2014-2030), el cual dispone en el inciso 4.2.4 el compromiso con la igualdad de género: “Incorporar al currículo educativo, desde la primera infancia y con las estrategias pedagógicas adecuadas…la formación en valores de respeto, igualdad y equidad de género, convivencia familiar, y maternidad y paternidad responsables”.
El debate en torno al diseño de una política de género en el Ministerio de Educación debe ser ampliado a cómo diseñar políticas de género en todos los ministerios, direcciones, oficinas, agencias, consejos y comisiones estatales para cumplir con los indicadores de la END 2030 y el Plan Nacional de Equidad de Género (PLANEG). Una obligación de cada entidad estatal según lo ordena el decreto No. 974-01 del Poder Ejecutivo: “Se crea con asiento en cada Secretaría (Ministerio) de Estado La Oficina de Equidad de Género y Desarrollo, bajo la articulación de la Secretaría (Ministerio) de Estado de la Mujer (SEM) con el propósito fundamental de incorporar en las políticas planes, acciones, programas y proyectos de cada Secretaría de Estado el enfoque de perspectiva de géneroa nivel nacional para la integración de la mujer en el desarrollo”.
Una política de género en el sector educativo contribuiría a la igualdad, pero desde un enfoque integral de gestión pública no sería suficiente. El diseño de cada política debe estar precedida de un diagnóstico que genere información sobre cómo se manifiestan las discriminaciones de género en cada sector y definiendo lineamientos de intervención en correspondencia con el Plan Nacional de Equidad de Género (PLANEG) y los demás instrumentos marcos señalados arriba. El país cuenta con suficiente personal técnico y dos centros académicos especializados para liderar esos procesos.
De antemano, no se requieren investigaciones profundas para advertir las necesidades de medidas de equidad de género en algunas instancias gubernamentales. En los siguientes párrafos se aportan algunas preguntas orientativas que ayuden a identificar tales necesidades.
En las instituciones de seguridad del Estado ¿Con qué parámetros se evalúan los asensos entre mujeres y hombres de las fuerzas armadas y la policía nacional? ¿Cómo se previene el acoso sexual en estos organismos y se garantizan espacios seguros especialmente a las mujeres?
En el área de la gestión de riesgo y prevención de desastres ¿Dispone la Defensa Civil de mecanismos sistemáticos y probados para garantizar respuesta diferenciada en contexto de emergencia? Para promover el empoderamiento económico de las mujeres del campo y reducción de la pobreza ¿Qué medidas tiene el Banco Agrícola para garantizar el acceso al crédito de las mujeres?
Las artes juegan un importante rol para difundir mensajes de igualdad y respeto entre los géneros ¿Cómo puede el Ministerio de Cultura contribuir a la igualdad de género a través del arte y a promover a las mujeres en esta área?
La calidad de la política tiene que ver con la asignación presupuestaria y el seguimiento a la implementación ¿Cómo puede el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD) contribuir desde la planificación presupuestaria al logro de los indicadores de la END 2030?
En general ¿Disponen los ministerios e instancias de medidas que procuran igual acceso a oportunidades para mujeres y hombres?
Solo algunas preguntas que puedan facilitar a entender los vacíos de políticas con enfoque de género que existen a nivel de las instancias gubernamentales, reconociendo que a más de veinte años de políticas de mainstreamo transversalidad, mucho nos falta aún para fortalecerlas.
La realidad de las mujeres y las niñas en el país es muy cruda, las noticias a diario de feminicidios, violaciones sexuales, embarazos en la niñez y la adolescencia, uniones tempranas o abortos inseguros requieren respuestas cada vez más humanas de todas las instancias del Estado. Si nos segamos a pretender que no existen estaremos ayudando a que se recrudezcan las causas que generan esas condiciones de injusticia de social y género.