La ciudad de Santiago, tiene una larga historia de vanguardismo en todos los ámbitos del desarrollo nacional. En cuanto a higiene y orden, la urbe era la envidia del orgullo capitalino. El imaginario colectivo, tuvo sobradas razones para construir la frase que reza, “Santiago es Santiago, Santiago es Santiago, La Ciudad Corazón”. Que Santiago recobre su esplendor e hidalguía, depende de los actores de la ciudad y el país. Pero en esencia, quien debe jugarse el todo por el todo, es el alcalde Abel Martínez Durán.
En efecto, hoy puede afirmarse que lo dicho por el poeta cubano Nicolás Guillén en el sentido de que “Cualquier tiempo pasado fue peor”, es inaplicable en Santiago.
Durante tiempo indefinido, el “Vertedero de Rafey”, hoy “Ecoparque Rafey” fue motivo de miedo y terror, debido a la condición de guarida para criminales y malhechores. La transformación de esta realidad la inició el ex alcalde José Enrique Sued. Aquí quedó marcado el proceso de organización de los “Buzos” de Rafey. Fue fundamental el acompañamiento de la Fundación Solidaridad, la Xunta de Galicia, la Cámara de Comercio y el propio Ayuntamiento encabezado por Sued.
En consecuencia, “Los Buzos” se organizaron en la “Asociación de Buzos Recicladores de Rafey”. El mote de “Buzos” le sonaba despectivo, razón por la cual decidieron asumir el nombre de “Asociación de Recicladores del Ecoparque Rafey”. Con esta última denominación, fue registrada e incorporada, en el marco de la Ley 122-05, de las asociaciones sin ánimo de lucro.
A la postre, los recicladores de Rafey se afiliaron a la “Red Latinoamericana de Recicladores, Red LACRE”. Desde entonces, los ayer despreciados buzos, recorren el mundo representando a Santiago como ejemplo para el tratamiento humanizado de los desechos de una civilización que se empeña en excluirlos.
La realidad, linda y lironda, el Dr. Gilberto Serulle, anterior alcalde, intentó desconocerla, pero fracasó. Abel Martínez Durán, sustituto de Serulle, es ducho imitando ejemplos maléficos. Tanto se empeña el alcalde en seguir los malos pasos, que hoy marcha decidido a desalojar los Recicladores del Ecoparque Rafey. El propósito del acoso es instalar en su lugar, una empresa para el reciclaje que nada tiene que ver con Santiago.
El alcalde santiaguero, se empeña en desconocer los merecidos derechos de los Recicladores. Derechos conquistados, bajo el fragor del fuego y las humaredas producto de la descomposición de los desechos acumulados. El alcalde Martínez Durán no puede dejar de lado los aportes que han hecho los Recicladores al proceso de higienización de Santiago.
Sacar los niños y niñas del vertedero, es solo uno de los aportes relevantes de la Asociación de Recicladores del Ecoparque Rafey. Cuando iniciaron los trabajos para construir la organización, esto parecía imposible. Sin embargo, hoy el Ecoparque Rafey está libre de trabajo infantil.
Los aportes de la Asociación no se quedan ahí. Que en la actualidad, el reciclaje sea buen negocio en Santiago, se debe en gran medida a los Recicladores del Ecoparque Rafey, mismos que el alcalde sigue atropellando y llamando “buzos”.
En consecuencia, es una mala señal del alcalde Abel Martínez aprovechar el punto comercial construido por otros en beneficio de la ciudad de Santiago. Que Martínez Durán desconozca los derechos adquiridos durante más de 20 años de trabajo de los Recicladores, deja claro que Santiago no está en buenas manos.
El momento es propicio, para que los municipalistas del país se solidaricen con la Asociación de Recicladores del Ecoparque Rafey. Los atropellos de Abel Martínez Durán son además, una humillación al municipalismo nacional.
Los Recicladores del Ecoparque Rafey, esperan el apoyo del Plan Estratégico de Santiago, proyecto que dice ser la principal puja por recuperar el Santiago que ayer fue. ¿Será así?
¿Qué se propone el alcalde Martínez Durán con estas acciones de desconsideración a los Recicladores del Ecoparque Rafey? ¿Será que quiere agregarle otro clavo a su cruz?
¿O es que el Pigmalión quiere seguir modelando su estatua hasta darle soplo de vida?
Lo cierto es, que los Recicladores del Ecoparque Rafey necesitan de tu solidaridad para evitar ser echados de su lugar de trabajo, lugar que ellos construyeron y levantaron.