En 1991, el primer Instituto Global de las Mujeres, en coordinación con el Centro para el Liderazgo Mundial de las Mujeres, iniciaron la Campaña 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, que actualmente se levanta en todo el mundo desde el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
En nuestro país, el jueves pasado como desde hace 10 años, la Cámara de Diputados y Diputadas, inició formalmente la Campaña del Lazo Blanco, que da inicio a estos 16 días, y en su discurso de lanzamiento, la presidenta de la bancada calificó la violencia de género “como un mal social de alta sensibilidad humana que merece atención urgente”. Además, la presidenta de la Comisión de Asuntos de Género, llamó a la sociedad entera a unirse para disminuir este flagelo y el presidente de la Comisión Permanente de DDHH, reiteró el compromiso de construir una nueva masculinidad dominicana, basada en el respeto.
Si bien las campañas internacionales y las nacionales, han ido develando con cifras, referencias de sucesos y promoviendo compromisos a través de eslóganes diferentes y de impacto, sino no van acompañadas de acciones reales, no determinan grandes cambios para el fenómeno que se quiere contener, como es el caso de la Violencia Contra las Mujeres y las Niñas, que en nuestros país, se lleva entre 150 y 200 mujeres al año.
Por eso, otra campaña que coincide con este período desde 2008, “Únete para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres”, lanzada por el entonces Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, este año enfatiza en la necesidad de contar con un financiamiento que sea sostenible para traducir los esfuerzos por contener la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, en verdaderas acciones políticas por los Estados.
En nuestro país, en los últimos diez o doce años, hemos tenido otro tanto de diferentes campañas y sin embargo, pocos resultados, por la falta de presupuestos decentes, de voluntad política, de reconocimiento de la magnitud de estas violencias sobre la sociedad, su desarrollo, su justicia y la democracia, para establecer un sistema de prevención, atención y contención de estos crímenes.
En el transcurso de estos 16 días de activismo, a la administración del Estado dominicano, no le queda más que declarar este próximo año 2017, de emergencia nacional para la Violencia Contra las Mujeres y las Niñas dominicanas, que no pueden seguir muriendo en la indiferencia.