Mucho se ha hablado del escrutinio electrónico de los votos de las elecciones de mañana. Cualquiera diría que ya no queda nada nuevo qué agregar, ni tiempo. Hace apenas unos días, los candidatos presidenciales de los partidos de oposición visitaron juntos a la JCE para exigir que el conteo de los votos se haga de manera manual. A la visita sólo faltó Hatuey De Camps Jiménez, candidato del PRSD, y según la excusa, su ausencia se debió a problemas de salud.
Se recuerda que Participación Ciudadana elevó una petición a la JCE, desde el primer momento en que se decidió dicho método de conteo. La solicitud de PC estuvo orientada a exigir que los equipos electrónicos de conteo automático fueran probados a su debido tiempo, sin presiones y sin prisa. Otro interés de PC consistió en que una parte de los votos fueran contados de manera manual, de modo que un resultado se pudiera contrastar con el otro.
El magistrado Eddy Olivares, miembro de la Junta Central Electoral, ha reclamado dejar de lado la modalidad del conteo automático de los votos. Incluso, alertó sobre la ilegalidad del nuevo método.
Desde principio del mes de febrero, las solicitudes de PC y del magistrado Olivares han sido constantes. En marzo pasado, en esta misma columna, se publicó el artículo “El conteo electrónico de votos”. El trabajo llamaba la atención a los partidos y a la propia JCE sobre el peligro del conteo automático y sobre las dudas que ésta práctica, por realizarse con demasiada premura, podría generar.
Con todo y la obstinación del Magistrado Eddy Olivares, de PC y de ésta columna, nadie se dio por enterado. Ni siquiera los candidatos a cargos públicos.
Simultáneo a la reunión de los aspirantes presidenciales en la JCE, un grupo de activistas de la sociedad civil hicieron una cadena humana frente a la organización electoral. El hecho obligó a los miembros del organismo a suspender las labores por varias horas. Desde entonces no transcurre una hora sin que aparezca un dirigente político de la oposición reclamando a los jueces electorales que se aplique el conteo manual, conjuntamente con el conteo automático.
“Esta simple decisión daría tranquilidad al proceso electoral y evitaría el retroceso a los traumas electorales tradicionales de 20 años atrás”, aseguró el Dr. Guillermo Moreno de Alianza País.
Sin embargo, el presidente de la Junta, Dr. Roberto Rosario Márquez, insiste en asegurar que no hay forma de que esas máquinas se equivoquen. A pesar de que la cerrazón de Rosario Márquez tenía “cocorícamo”, las presiones venidas de todos lados lo han hecho retroceder.
Mientras todo esto acontece, el PLD se hace el loco. Su candidato, el Presidente Danilo Medina, asegura que no le importa cómo se cuenten los votos. “A mí me da lo mismo, me da igual, que se cuente manual o que se cuente electrónico”, dijo a la prensa. “Como quiera que sea nosotros ganaremos”. Y ese es el problema: tanta seguridad en un país tan inseguro mueve a sospecha.
Pues, frente a ésta andanada de protestas sin precedentes surgen dos interrogantes: ¿Qué le impidió a la oposición ver a tiempo las consecuencias probables de contar el total de los votos automáticamente? ¿Qué pretende ahora con esos reclamos tardíos?
Lo cierto del caso es que el conteo automáticos de los votos va. Léase bien, la suerte está echada. La oposición con su embeleso “se tragó el lucio”, al perder tanto tiempo para hacer valer su reclamo. O, como dicen los jóvenes de hoy, “se le fue la guagua”.
En esa tesitura, Participación Ciudadana, el juez Eddy Olivares e incluso ésta humilde columna, podemos decirles, indistintamente, a la JCE o a cualquiera de los partidos de la oposición, ¡Se lo dije!