La Cuba que dejó Fidel Castro

Sociólogo con más de 25 años al análisis de la institucionalidad municipal y a la investigación socio-política. Experto en temas de desarrollo local y reforma de la Administración Pública. Se desempeña como consultor para organismos nacionales e internacionales. Ha escrito varios libros enfocados en la descentralización del Estado y la participación democrática. Es uno de los sociólogos dominicanos más dedicado a la cuestión municipal.

Papi, «se murió Fidel Castro», me informó mi primogénito. En lo inmediato busqué la confirmación por vías de los periódicos electrónicos y en las redes sociales. Confirmé, porque en muchas anteriores oportunidades se habían lanzados rumores sobre su muerte. Rumores que son comunes en figuras emblemáticas, reconocidas, muy apreciadas y odiadas, y que se constituyen en íconos en la humanidad. No obstante, los antecedentes en relación a Fidel Castro no se pueden igualar. Los »cristianos» de la oposición cubana residentes en Miami había celebrados, y hoy celebran un hecho real, la muerte de un humano: Fidel. Otros no celebran, como debe ser, sino que reconocen los aportes, analizan los errores y presentan desafíos.

La Cuba del 2016 no es la Cuba del 1959. La América Latina del 2016 no es la del 1959. Ni las izquierdas ni las derechas del 1959 son las del 2016. Cuba cambió y seguirá cambiando. El cambio objeto para el sujeto siempre es social, como consecuencia del modelo económico y de la intervención que haga el sujeto político. En Cuba, lo político y lo económico demandan ajustes en medio de una economía motorizada en un mundo multipolar (Estados Unidos, Rusia, China) y sin poder hegemónico unilateral. Ajustes que han iniciado, la mayoría con Fidel, y deberán profundizarse.

Los cambios sociales en Cuba son invisibilizados hacia afuera por el modelo de la estructura de división de las clases sociales, y particularmente por la inexistencia de un considerable volumen de las personas que se ubican en la clase media. La clase media latinoamericana y del mundo capitalista opera en medio de escenarios de confusiones entre medios (autos y vitrinas en los mall) y los fines (valores democráticos, bienestar sociales y culturales). Dependiendo del enfoque del análisis se obtienen reflexiones que valgan la pena.

En Cuba, en la Fidel, se manifiestan profundos cambios sociales, medianamente económico y hay muchos desafíos políticos. Veamos:

Resultado de imagen para bandera de cubaEl resultado del cambio social es reconocido por el PNUD. En su Índice de Desarrollo Humano que publican a nivel mundial y que colocan a Cuba en el 4to. lugar dentro del grupo de países de América Latina, solo superado por Argentina, Chile y Uruguay. En orden descendente, por debajo de Cuba se encuentran Costa Rica, Panamá, Venezuela, México, Brasil, Perú, República Dominicana, Colombia y Ecuador. A nivel mundial Cuba ocupa el lugar 67 en el Índice de Desarrollo Humano y República Dominicana el 101. Este Índice es una medida comparativa, que en el caso cubano se manifiesta en la la esperanza de vida (79 años), la alfabetización(99.98%), la educación (13% del PIB según el Banco Mundial), la salud y el nivel de vida correspondiente. Save the Children(E.E.U.U.) califica a Cuba como el mejor país de América Latina para ser niña, en función de los indicadores de matrimonio infantil, fertilidad adolescente, mortalidad materna y culminación de los primeros años de secundaria. Cuba también registra la tasa de homicidios más baja de América Latina después de Chile. Cuantifica 5 homicidios por cada 100,000. Las tasas más altas son las registradas para Venezuela (58.1), El Salvador (41.2), Guatemala (39.9), Colombia (26) y República Dominicana (25). Estos indicadores apuntan a reconocer que en Cuba existe un nivel mayor de desarrollo de la igualdad social al registrado para muchos países del mundo.

Por otro lado, el desarrollo biotecnológico por parte de un país pobre como Cuba es digno de reconocer. Esta nación caribeña ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud como el primer país del mundo en eliminar la transmisión materno- infantil de VIH-SIDA y sífilis congénita. En Cuba, es donde más resultados se observan en biotecnología. Avanzaron en el descubrimiento de una vacuna terapéutica contra el cáncer de próstata; hallaron la cura para el vitiligo; han firmados acuerdos con el Roswell Park Cancer Institute en Buffalo, Nueva York, para importar Cimavax para la cura del cáncer de pulmón y comenzar los ensayos clínicos en Estados Unidos. Decenas de proyectos de investigación están en marcha para conseguir vacunas eficientes con las hepatitis B y C, contra el dengue, con la meningitis meningocócica. En el áno 1979 Fidel Castro dio los primeros pasos para impulsar el desarrollo de la Ingeniería Genética. Cuba dispone de un capital humano y profesional que honra el desarrollo científico y las técnicas de investigación de la humanidad. Hay un capital humano subutilizado, por efecto del bloqueo norteamericano y de los déficits institucionales de los controles internos propios.

La igualdad social es objeto de políticas de Estado. El Estado se dirige políticamente. La garantía de preservar la igualdad social no se asegura únicamente con voluntad política; implica inteligencia, astucia y creatividad; requiere de reformar la manera de cómo administrar el Estado y la economía. Después del año 1991(periodo especial), Fidel Castro dirigió el Estado cubano en medios de contextos políticos mundiales muy hostiles, con demasiados adversarios y limitaciones, a saber: la alianza estratégica con la antigua Unión Soviética socavada por la caída del muro de Berlín; la aparición de la glásnost (apertura y transparencia) y perestroika(cambiar la estructura económica) que removieron el sistema político mundial ; la ausencia de gobiernos de izquierdas en América Latina; el bloque Europeo-Norteamericano y el fomento de los tratados comerciales internacionales con alta hegemonía norteamericana y que excluyeron a Cuba, fueron factores que en gran parte desembocaron en un mayor aislamiento para Cuba, y en dimensiones incalculables. Cuba cambió, cambió el modelo tradicional de control de los medios de producción. Fidel condujo la reforma, insuficiente, donde aprobó que la propiedad socialista solo se ejerce sobre los medios de producción determinantes. Se comenzó aplicar una perestroika a la cubana. El descalabro dejado por el rompimiento del modelo dependiente de intercambio con los soviéticos fue suplido por la apertura al turismo, promoción de más ingresos de remesas, tolerancia con la economía subterránea, informal y del subempleo. Las aspiraciones de la oposición política anti fidelista, residente en su mayoría en Florida y que tienen como centro de operación la Vieja Habana, fueron frustradas porque la economía de sobrevivencia y de autosuficiencia, estrategia exitosa de Fidel, se impuso. El régimen no colapsó, como esperaban. Fidel abandonó el Gobierno en el año 2006, no así el poder de influenciar en las decisiones. Raúl Castro, con menor desarrollo intelectual, menos carisma y con más destrezas en tácticas de mercado, asume en condiciones diferentes y muy favorables para la »reconversión» económica, porque en la década del 2000 y en los años 2000-2016 la correlación de fuerzas políticas en América Latina varió a favor de las izquierdas; China priorizó los mercados internacionales; Rusia volvió a considerar a Cuba como aliado continental y los cabilderos del mundo financiero-empresarial de Estados Unidos han presionados al sistema político, y a Obama como máximo representante, para no ser totalmente desplazados de los mercados cubanos que están siendo ocupados por europeos, asiáticos y latinoamericanos. En ambos momentos Fidel Castro ejerció influencia en la definición del rumbo económico, en los cuales se puede revelar su pensamiento que instituye que se puede perder alguna vez en táctica pero no en el alcance de las estrategias.

Fidel deja a Cuba con una economía semi-abierta, con más inclinación a cerrada. Tendrán a futuro que proyectar más apertura para la micro, pequeñas y medianas empresas de la construcción, agrícolas, industriales y servicios. El derecho a ser propietarios y al libre cooperativismo no contraviene el socialismo; tampoco el derecho a ser propietario de medios de producción no altamente estratégico para el bienestar colectivo de la población. Asegurar la coherencia en los derechos a la inversión. El derecho de inversionistas extranjeros es el derecho de inversionistas locales, a gran escala.

Los intercambios con los Gobiernos de izquierdas en América Latina y el mundo deberán marcar pautas en término de la tolerancia y apertura al libre debate político ideológica, a la incidencia pública y a la libertad para la competencia en los diferentes escenarios políticos; valores democráticos del socialismo del Siglo XXI. Los oponentes cubanos, que juegan a ser oposición, los que se fueron a las calles a celebrar la muerte de Fidel y después con sus celulares inteligentes enviaron a las redes sociales y medios electrónicos las fotos de su algarabía, deberán salir de la zona de confort y de la esperanza utópica de que el Gobierno de Estados Unidos algún día le entregará el poder que no han sido capaces de conquistar por esfuerzo propio.